Entrevista
Gervasio Sánchez: "Ahora es cuando hay que documentar lo que pasa en Afganistán"
El fotoperiodista de Heraldo de Aragón Gervasio Sánchez reconoce el trabajo de la Embajada y el Ministerio para sacar a los colaboradores de Afganistán aunque cree que la operación de rescate llega ocho años tarde, ya que la mayoría de las tropas españolas se fueron en 2013.
A contracorriente, mientras miles de afganos tratan de huir del recién instaurado emirato islámico, el fotógrafo y periodista de Heraldo de Aragón Gervasio Sánchez quiere volver en cuanto pueda al bastión talibán. "Es ahora cuando hay que documentar lo que pasa", enfatiza en una entrevista a Efe.
Refugiado en algún lugar de Kabul, bajo la sombra muyahidín que en apenas diez días se ha cernido sobre Afganistán, un periodista salvadoreño descuelga una llamada que llega desde España. Al otro lado del hilo suena la voz de Gervasio Sánchez.
"Por favor, quédate en Kabul, no te vayas. Ten cuidado, mide bien los pasos que vas a dar. Si las cosas se ponen muy feas con los talibanes, intenta negociar que te den un pase. Pero es tu oportunidad de vida", le dijo.
Veinticinco años de trabajo sobre el terreno como enviado especial de HERALDO o un Premio Nacional de Fotografía justifican la "extraña" petición del fotógrafo y periodista en un momento en el que otros profesionales de Occidente abandonan el país desde la pista del aeropuerto Hamid Karzai de Kabul.
El periodista y colaborador de Heraldo de Aragón, aterrizó en ese mismo lugar por primera vez en 1996, cuando las bombas talibanas sobrevolaban la capital y decenas de cuerpos sin vida inundaban las calles a diario.
Unos meses más tarde, en junio de 1997 y con los talibanes ya en el poder, pudo ver con sus propios ojos lo que ocurre bajo un Estado fundamentalista.
A partir de 2001, veinte años de presencia occidental permanente en Afganistán no han logrado evitar una "retirada caótica" de un "ejército fantasma" ante el avance talibán, lamenta.
"Como dijo el otro día el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: ‘Los últimos 20 años en Afganistán no han sido en balde’. ¿Disculpe? Si se van ustedes, son en balde. El desastre está garantizado, y ustedes se están marchando”, sentencia el periodista en una entrevista.
Sin embargo, aunque considera que la operación de rescate llega ocho años tarde, tras la retirada de la mayor parte de la misión española de Afganistán en septiembre de 2013, aplaude que "ahora la embajada, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Defensa están haciendo lo imposible por sacar al número máximo de personas de Kabul".
Este "fantástico trabajo" -añade- no detendrá aun así el comienzo de una situación "muy dura" para los ciudadanos afganos cuando no quede un extranjero en el país en los próximos días. Y será aún más duro para las mujeres.
El único país donde se suicidan más mujeres que hombres
Porque podrían repetirse situaciones de las que el fotógrafo fue testigo años atrás.
Opio, pastillas o matarratas. Son algunos de los productos que niñas afganas menores de 16 años ingerían para evitar sus matrimonios forzados. Tras un lavado de estómago en el hospital, "su vida seguía siendo igual", rememora Sánchez, que es también Enviado especial por la Paz de la Unesco.
Recuerda el fotógrafo, que documentó la realidad de la mujer afgana durante seis años junto a la periodista Mónica Bernabé, que "los picos de suicidios se producían siempre al inicio de los cursos escolares, cuando las niñas y las jóvenes eran sacadas por sus padres para casarlas forzosamente".
En Kandahar, la segunda ciudad del país, solo 120 niñas estudiaban en el año 2010 en sus universidades, apenas el 4 % de sus 2.850 estudiantes. En esa misma fecha, la tasa de mujeres universitarias en Kabul se aproximaba a la mitad del total.
Precisamente en Kandahar, Sánchez recuerda que varias de ellas fueron atacadas con ácido por ir sin burka por las calles. Y esto se produjo en una ciudad donde había decenas de miles de soldados estadounidenses desplegados.
Estas historias se suceden en un país donde más de la mitad de los matrimonios, "todos forzados", son con menores de 16 años, y donde el divorcio es legal, pero la mujer pierde la custodia de sus hijos y no vuelve a verlos nunca más. Por eso la inmensa mayoría de las mujeres afganas no se divorcian.
El listón de los derechos humanos quedó tan bajo durante la era de los señores de la guerra y los talibanes en la década de los 90 que, cuando estos últimos fueron derribados del poder en noviembre de 2001, "cualquier cosa que se hiciera a favor de las mujeres ya era destacable", apunta Sánchez.
De nuevo gobernada bajo la implacable sharía, Gervasio Sánchez augura que Afganistán caerá en una situación de olvido absoluto por parte de la prensa, como ha ocurrido estos 25 años. "Es entonces cuando hay que ir a documentar lo que pasa".
El fotógrafo, que piensa regresar lo antes posible para contar lo que esté pasando, confiesa haber aprendido algo de un conflicto que ya dura 42 años. "Los errores cometidos en 2001 se están pagando con creces en el 2021. La permisividad que ha tenido la comunidad internacional con la corrupción generalizada en Afganistán entronizando a los señores de la guerra, convirtiendo a los criminales de guerra en fundamentales para la estabilidad del país, ha hecho que haya caído como un Estado fallido", sentencia Sánchez.
En los últimos días del protectorado occidental en Afganistán, el fotógrafo vuelve la vista atrás sobre una cobertura mediática en la que "fotógrafos muy conocidos se han dedicado todos estos años a hacer postales".
"Afganistán no es una postal. Afganistán es una realidad brutal, donde debajo de cada burka hay una historia de vida que no se ha sabido contar", concluye.
