Biden: "Esta es una de las operaciones más difíciles de la historia"

El presidente de Estados Unidos advierte de que está dispuesto a responder a cualquier ataque al plan de evacuación.

Biden da explicaciones sobre Afganistán, este viernes, en presencia de la vicepresidenta Kamala Harris y el secretario de Estado Antony Blinken
Biden da explicaciones sobre Afganistán, este viernes, en presencia de la vicepresidenta Kamala Harris y el secretario de Estado Antony Blinken
Chris Kleponis/EFE

El presidente Joe Biden se dirigió este viernes al país por tercera vez en cinco días, prueba de que su mensaje no está calando. Tampoco lo modifica, no hay disculpas, ni reconocimiento de los errores cometidos, que saltan a la vista a juzgar por las imágenes de caos y desesperación. Sin embargo, este viernes tuvo que hacer un ajuste. "Nadie", se interrumpió. "No debería decir eso", recapacitó al empezar de nuevo la frase: "El consenso fue que era altamente improbable que tomaran (el país) en once días".

Lo que le ha obligado a editar el mensaje absolutista de que "nadie" podía haberlo anticipado es la filtración de un cable diplomático, publicado este viernes por 'The Wall Street Journal', que advertía precisamente del colapso de Afganistán tan pronto como las tropas estadounidenses se retirasen. Biden ya no puede decir que nadie lo anticipaba. El cable firmado por 23 diplomáticos de la Embajada estadounidense en Kabul llegó al Departamento de Estado a través de un canal específico para disentir con las políticas oficiales establecido tras la debacle de Vietnam. El portavoz Ned Price aseguró que el secretario de Estado, Antony Blinken, lee personalmente cada uno de esos cables porque valora e incluso alienta el uso de este canal para "disidencias internas constructivas". ¿Qué le respondió?

Blinken permanecía este viernes de pie detrás del presidente con cara de funeral, mientras le preguntaban por ello. Su jefe no le lanzó contra los leones. "Yo tomé la decisión, la responsabilidad es mía", atajó el presidente. Su argumento es que hubo cables de todo tipo, "otros decían que no ocurriría hasta final de año". Y Biden eligió creer estos últimos.

La comunicación interna de quienes se atrevieron a discrepar en voz alta llegó a Washington el 13 de julio. En ella los diplomáticos describían los horrores de los que son capaces los talibanes con aquellos que han colaborado con los extranjeros invasores, se hacían eco de la velocidad con la que avanzaban y ofrecían recomendaciones para mitigar la crisis que sobrevendría y agilizar la evacuación de los 70.000 afganos y sus familias que han apoyado a Estados Unidos durante los últimos 20 años, de acuerdo a las dos fuentes del rotativo. El tono era de tanta urgencia que el personal se lo trasladó inmediatamente al secretario de Estado. Blinken respondió que ya tenía planes en marcha para afrontar esa posibilidad.

Colapso en Qatar

No se sabe si fue por eso, pero al día siguiente la Casa Blanca anunció la Operación Refugio de Aliados para apoyar la reubicación de los nacionales afganos. Aun así, nada comenzó hasta el pasado fin de semana, cuando la toma de Kabul era inminente. Más de 18.000 personas habían solicitado la evacuación. La mitad vivía fuera de Kabul y probablemente estaba ya bajo control talibán.

Este viernes Biden calificó la evacuación en marcha como "una de las más difíciles de la historia". Hasta el punto de que el presidente se atrevió a repetir que responderán de inmediato "a cualquier ataque al plan de evacuación". Desde el pasado fin de semana EE. UU. ha sacado del país a 7.500 personas, pero este viernes tuvo que suspender los vuelos durante ocho horas porque la base de Qatar a la que las está trasladando había rebasado su capacidad.

El caos en las entradas del aeropuerto es tal que las tropas tuvieron que llevar a cabo su única salida hasta el momento "en condiciones difíciles y peligrosas" para rescatar a 169 estadounidenses que no lograban llegar a la puerta. "No puedo prometer que lleguemos al desenlace final sin perder vidas", advirtió el presidente.

Biden, que habló este viernes con los mandatarios de Reino Unido, Alemania y Francia, aseguró que ninguno ha cuestionado la credibilidad de EE UU ante este fiasco. Y por mucho que los problemas afganos conmuevan al mundo, "todo el mundo sabe que si Bin Laden hubiera lanzado los ataques del 11-S desde Yemen no habríamos ido a Afganistán", reconoció. Su compromiso es sacar a todos los estadounidenses del país en los próximos diez días, pero si no fuera posible se compromete a "reevaluar sobre la marcha" el pacto con los talibanes que estipula la salida total de las tropas para el 31 de agosto.

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