La comunidad internacional promete 370 millones de dólares al Líbano para paliar la crisis humanitaria

La ONU había cifrado en 357 millones de dólares (unos 300 de euros) el apoyo humanitario requerido en un momento en que el país sigue con un Gobierno interino y sin avances en la investigación sobre la tragedia de hace un año en el puerto de Beirut, que provocó más de 200 muertos y 6.500 heridos.

Un año después de la explosión en el puerto de Beirut, la comunidad internacional se movilizó de nuevo en apoyo de la población libanesa con la promesa de aportar en los próximos doce meses 370 millones de dólares (unos 311 millones de euros) para atender las necesidades más urgentes en ese país.

La ONU había cifrado en 357 millones de dólares (unos 300 de euros) el apoyo humanitario requerido en un momento en que el país sigue con un Gobierno interino y sin avances en la investigación sobre esa tragedia, que provocó más de 200 muertos y 6.500 heridos.

No fue casual la fecha elegida para la conferencia telemática coorganizada por Francia y Naciones Unidas, que reunió este miércoles a 33 países, trece organizaciones internacionales y cinco representantes de la sociedad civil libanesa.

Conmemora el primer aniversario de esa explosión y sirve para hacer balance de la situación y aumentar la presión sobre la clase política libanesa, a la que se le ha asegurado que la ayuda prometida ahora es directa y humanitaria, no un "cheque en blanco" para sus autoridades.

"La crisis que atraviesa el Líbano no es un accidente. Es fruto de errores individuales y colectivos y de fallos injustificables. Los dirigentes libaneses parecen haber apostado por que la situación se pudra. Es un error histórico y moral", había dicho en su apertura el presidente francés, Emmanuel Macron.

Francia ha estado al frente de la movilización de la comunidad internacional desde la explosión. En las dos conferencias previas, el 9 de agosto y el 2 de diciembre de 2020, la ayuda recaudada llegó a los 280 millones de euros (332 millones de dólares).

La cifra movilizada en esta ocasión pretende paliar las nuevas necesidades sin frenar las exigencias sobre la formación de un nuevo gobierno.

El Líbano, antiguo protectorado francés en Oriente Medio, ha vivido desde el verano pasado la dimisión de dos primeros ministros por falta de consenso político: Mustafa Adib duró un mes en el puesto y Saad Hariri dimitió el pasado 15 de julio tras nueve meses de desacuerdos con el presidente libanés, Michel Aoun.

Najib Mikati es desde el 26 de julio la tercera persona designada en un año para intentar establecer un Ejecutivo, y los participantes en la conferencia, entre los que estaba el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, esperaron que pueda llevar a cabo esa labor.

Amenaza de sanciones

No hubo amenaza colectiva de sanciones ante el actual bloqueo político, pero sí se subrayó que la formación de un nuevo Ejecutivo es urgente y decisiva para que haya un apoyo económico y financiero "estructural" por su parte.

Francia ya ha recurrido a medidas restrictivas individuales, y los países de la Unión Europea aprobaron el pasado viernes el marco legal que les permite sancionar a personas o entidades que consideren responsables de obstruir o socavar el proceso democrático.

"Esperamos no estar obligados a activarlo", advirtió en su intervención el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel.

Para Alemania, la falta de avances ante el empeoramiento de la economía nacional es irresponsable: "La gente ya no sabe cómo alimentar a sus familias", señaló por su parte en un comunicado el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas.

A las autoridades libanesas también se le piden resultados sobre la investigación abierta después de que cientos de toneladas de nitrato de amonio almacenadas durante seis años sin custodiar en el puerto de la capital libanesa se incendiaran y poco después explotaran.

El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abulgueit, consideró "lamentable que casi no se haya avanzado" y criticó que "algunos todavía insisten, desafortunadamente, en anteponer su interés político por encima del libanés".

El panorama que detalló la vicesecretaria general de la ONU, Amina J. Mohammed, fue desolador: la mitad de los libaneses vive en la pobreza, un tercio sufre inseguridad alimentaria, cientos de miles de niños corren el riesgo de tener que abandonar la escuela y hay una escasez aguda de electricidad, medicamentos y agua.

El presidente libanés Aoun pidió que no los abandonen. "El Líbano cuenta con ustedes, no lo dejen caer", rogó a los participantes de un encuentro en el que Francia prometió 100 millones de euros en ayuda humanitaria, Alemania otros 40 o Estados Unidos casi 100 millones de dólares (unos 84 millones de euros).

"Pero ninguna ayuda será suficiente si los propios dirigentes libaneses no se comprometen a hacer el duro trabajo necesario para reformar la economía y combatir la corrupción. Es esencial y debe empezar ya", concluyó el mandatario estadounidense, Joe Biden.

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