Israel recrudece sus bombardeos sobre Gaza ante el fracaso de la mediación internacional

El Ejército hebreo mantiene su política de asesinatos selectivos y acaba con la vida de uno de los jefes de la Yihad Islámica 

Dos palestinos caminan por una calle de Gaza, destrozada por los bombardeos israelíes
Dos palestinos caminan por una calle de Gaza, destrozada por los bombardeos israelíes
HAITHAM IMAD/EFE

Hamás e Israel siguieron una nueva jornada con el lanzamiento de cohetes y bombardeos ajenos a los llamamientos de alto el fuego lanzados desde la comunidad internacional. El mediador estadounidense, Hadi Amr, intensificó este lunes sus esfuerzos para lograr un acuerdo que permita un cese de la violencia y los principales medios de Israel consideraron que «es cuestión de 24 o 48 horas», pero hasta que callen las armas nadie se lo creerá.

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, pidió a las dos partes detener las hostilidades, pero insistió en el «derecho de Israel a defenderse» ante los más de 3.000 cohetes lanzados por las facciones palestinas. Los bombardeos son los más intensos desde 2014, ya dejan más de 200 muertos -en el lado israelí se elevan a una decena- y ahondan en la grave crisis humanitaria que ya sufría este territorio cercado desde hace más de una década y que padece un nuevo castigo colectivo en forma de bombardeos.

Gaza vivió un día más de intensas operaciones que hicieron temblar el suelo de la norte a sur. El Ejército ha cambiado su estrategia respecto a la ofensiva de 2014 y los bombardeos ahora son más cortos, pero mucho más intensos. En un nuevo ataque a la red de túneles de los islamistas, lanzó 35 misiles en menos de 20 minutos. En esta operación volvieron a resultar dañados decenas y decenas de viviendas civiles.

Israel también persiguió otro día más el asesinato selectivo de un alto cargo de Hamás o Yihad Islámica y esta vez lo consiguió. Un misil mató a Husam Abu-Harbid, comandante de Yihad que hace dos años ocupó el puesto de Bahaa Abu el-Atta, también víctima de esta práctica de eliminación. Su grupo clamó venganza y lanzó decenas de misiles al sur y centro del país. En un primer momento amenazó incluso con golpear el Parlamento de Jerusalén, pero con el paso de las horas retiró la advertencia.

Hamás reaccionó ante la dureza de los bombardeos y los destrozos de bloques de viviendas y su portavoz, Abu Ubaidah, dijo que «si no paran este tipo de ataques de manera inmediata volveremos a disparar hacia Tel Aviv». En los últimos días los islamistas ya han cumplido sus amenazas y por eso el aeropuerto internacional de Ben Gurion está casi cerrado ya que la mayor parte de las compañías internacionales han suspendido sus vuelos debido al peligro de los cohetes. La clausura de la terminal, principal puerta de entrada y salida de Israel, es uno de los objetivos que perseguía Hamás,

Crisis humanitaria

Los destrozos en Gaza a causa de los bombardeos son incalculables y 40.000 personas se han quedado sin hogar y han encontrado refugio en las escuelas de UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) preparó un paquete de emergencia para más de 51.000 personas porque «para las personas que han perdido o huido de sus hogares, una de las necesidades más urgentes en este momento es la comida.

La forma más rápida y eficaz de ayudarles es proporcionándoles dinero, en forma de cupones electrónicos. Por el momento hay alimentos y las tiendas locales todavía están abiertas», explicó Samer Abdel Jaber, representante del PMA para Palestina.

Antes de esta ofensiva la situación de la Franja ya era muy complicada debido a los largos años de bloqueo y más de dos tercios de los dos millones de habitantes sufrían inseguridad alimentaria. Los últimos días de combates agravarán la situación en un lugar en el que el 53% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.

Gaza sigue cerrada a cal y canto por parte de Israel. No se permite el acceso de periodistas, pero tampoco de «personal humanitario de refuerzo y los suministros médicos siguen sin poder entrar. Los hospitales están a 24 horas de quedarse sin bolsas de sangre lo que supondrá que no se podrán hacer transfusiones a los heridos», denunció Médicos Sin Fronteras (MSF).

El ataque de Israel a la torre Al-Jalaa, sede de las oficinas de Associated Press o Al-Jazeera, sigue provocando reacciones y mensajes de condena. El último en referirse al tema fue Antony Blinken y, pese a que el primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró haber mostrado a Estados Unidos «pruebas irrefutables» de que allí había también una oficina de inteligencia de Hamás, afirmó ante los medios que no había «visto esa información».

El responsable del departamento de Estado afirmó, por su parte, que estaban «alarmados por cómo se ha puesto en peligro a los periodistas y al personal médico». Los equipos de AP y Al-Jazeera trabajan ahora en las instalaciones de AFP, que ha decidido compartir el espacio con ellos ante esta situación tan complicada. 

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