Irán alcanza un enriquecimiento de uranio del 60% en un pulso a las negociaciones nucleares

El nivel más alto conocido hasta la fecha era del 20%, una pureza a la que Irán enriquecía antes de la firma en 2015 del acuerdo nuclear con seis grandes potencias, y que volvió a alcanzar de nuevo en enero pasado para presionar a Estados Unidos a levantar sus sanciones.

La central nuclear de Natanz, en Irán.
La central nuclear de Natanz, en Irán.
EFE

La Organización de Energía Atómica de Irán logró este viernes producir por primera vez uranio enriquecido a una pureza del 60%, un paso controvertido y criticado por Occidente que llega en respuesta al sabotaje a su planta de Natanz.

El nivel más alto conocido hasta la fecha era del 20%, una pureza a la que Irán enriquecía antes de la firma en 2015 del acuerdo nuclear con seis grandes potencias, y que volvió a alcanzar de nuevo en enero pasado para presionar a Estados Unidos a levantar sus sanciones.

Esta medida supone una clara violación del pacto nuclear y un pulso a las actuales negociaciones en curso en Viena para rescatar el histórico y maltrecho documento, conocido como JCPOA por sus siglas en inglés.

Un gran avance en dos días

Irán no ha esperado en esta ocasión. Tras el sabotaje a Natanz del domingo pasado, del que responsabiliza a Israel, el martes anunció que iba a empezar a enriquecer uranio al 60% esa misma noche. Ahora ya es una realidad.

El jefe de la agencia atómica iraní, Alí Akbar Salehí, destacó que se consiguió esa pureza en "tan solo dos días" en la planta de Natanz pese al ataque sufrido, que dañó probablemente cientos de centrifugadoras, aunque Teherán no ha confirmado su número.

De hecho, el proceso ha sido más rápido de lo esperado. Teherán calculaba que contaría con uranio enriquecido a ese nivel, que se acerca al 90% necesario para producir una bomba atómica, la próxima semana.

El proceso, que empezó a las 0.40 hora local de ese viernes, se lleva a cabo con dos cascadas de centrifugadoras avanzadas IR-4 e IR-6, en paralelo con el enriquecimiento al 20%.

Conforme al JCPOA, diseñado para evitar que el régimen de los ayatolás se haga con la bomba atómica, Irán solo puede producir uranio enriquecido al 3,67% y usar centrifugadoras de primera generación.

Más capacidad

Salehí explicó a la televisión estatal iraní que "la producción es actualmente de 9 gramos por hora" y subrayó que Irán tiene la posibilidad de enriquecer uranio "a cualquier nivel si es necesario".

De esa supuesta capacidad ya alardeó este jueves el presidente iraní, Hasan Rohaní, quien habló incluso del 90%, aunque reiteró que el programa atómico iraní es "totalmente pacífico", algo que ponen en duda otros países.

"Hoy también alcanzaríamos un 90% de enriquecimiento si quisiéramos. Sin embargo, estamos decididos a cumplir nuestra promesa. No estamos buscando una bomba nuclear", afirmó Rohaní en su discurso.

Este último paso nuclear ha sido en reacción al sabotaje de Natanz, pero Irán ya había incumplido con anterioridad la mayoría de sus compromisos del JCPOA en represalia por la retirada unilateral de EE. UU del pacto en 2018.

El JCPOA fue firmado por Irán y el llamado grupo 5+1 (EE. UU, Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) para limitar el programa atómico iraní a cambio del alivio de las sanciones estadounidenses, por lo que la salida de Washington y sus sanciones lo dejaron muy debilitado.

El actual presidente estadounidense, Joe Biden, ha expresado su voluntad de regresar al pacto, pero exige que Teherán vuelva a cumplir sus compromisos sin levantar antes todas las sanciones, lo que por ahora rechaza Irán.

Este es uno de los escollos en las actuales negociaciones, que continúan en Viena en dos grupos de trabajo y en las que EE. UU. participa de forma indirecta, mediante intermediarios.

Estado de Natanz

Entretanto, los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), encargado de supervisar el cumplimiento del JCPOA, visitaron la víspera la planta de Natanz (centro de Irán), aunque no revelaron el estado de la misma.

Al respecto, Salehí subrayó que "el enriquecimiento (de uranio) nunca paró en Natanz" y que solo una de las salas de la instalación sufrió daños por el sabotaje, cuya autoría Israel no ha negado ni confirmado por ahora.

"Uno de los elementos disuasorios es la disposición de nuestra devota juventud, que inmediatamente soluciona el problema cada vez que el enemigo provoca un accidente", dijo el jefe de la agencia atómica iraní.

Salehí volvió a justificar que esa pureza del 60% servirá para la extracción de molibdeno y mejorar los radiofármacos del país, y que no se va a utilizar para producir combustible.

Estas explicaciones no convencen a EE. UU. y Europa, que calificaron la medida de Irán de "provocadora y grave" y advirtieron de que puede obstaculizar las negociaciones en curso, ya de por sí arduas.

Unas conversaciones en las que ayer hubo "intercambios de puntos de vista muy duros", pero todos acordaron seguir adelante, según el principal negociador iraní, Abás Araqchí, quien apostilló que para lograr progresos es imprescindible elaborar una lista con todas las sanciones que EE. UU. ha de eliminar. 

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