Moscú, dividida entre erigir una estatua del fundador de la KGB o de un príncipe medieval

El alcalde de la capital rusa, Serguéi Sobianin, suspendió la votación popular tras reconocer que el príncipe Nevski ganaba con el 55% de los casi 320.000 votos emitidos, pero que esa diferencia es demasiado "pequeña".

Vista de la plaza de Lubianka de Moscú, donde se iba a erigir el monumento.
Vista de la plaza de Lubianka de Moscú, donde se iba a erigir el monumento.
Ignacio Ortega/EFE

El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, suspendió este viernes la votación popular entre la instalación en el centro de la capital rusa de un monumento del fundador del KGB, Félix Dzerzhinski, o del príncipe medieval Alexandr Nevski, héroe de las guerras contra teutónicos y suecos.

"Los diferentes puntos de vista sobre la historia son inevitables. Pero los monumentos que se erigen en calles y plazas no deben dividir, sino unir a la sociedad. Por eso, considero correcto frenar este proceso y, por el momento, dejar la plaza de Lubianka tal como está a día de hoy", dijo Sobianin en su blog.

El regidor reconoció que, después de dos días de activa votación, Nevski ganaba a su rival con el 55% de los casi 320.000 votos emitidos, pero consideró que esa diferencia es demasiado "pequeña".

"Es evidente que la opinión pública se repartió, a grandes rasgos, a la mitad. Y la misma votación se está transformando en un antagonismo entre gente con diferentes ideas. Y eso no es bueno", subrayó.

Aunque admitió que Lubianka necesita un monumento sobre una figura o suceso que haya dejado una imborrable huella en la historia del país, consideró que existen muchos otros problemas "más actuales".

"Seguramente aún regresaremos a esa cuestión y juntos tomaremos una decisión correcta y sensata", concluyó.

En los últimos días, cualquier moscovita podía votar por internet si quería que el monumento que se erija en la plaza de Lubianka, donde está la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), represente a Nevski (1221-1263) o a Dzerzhinski (1877-1926).

La iniciativa correspondió a la Cámara Pública de Moscú, que quería acabar así, de una vez por todas, con la controversia sobre el retorno de la estatua de Dzerzhinski, fundador de la policía secreta soviética, al lugar donde estuvo entre 1958 y 1991.

Canonizado por la Iglesia

Nevski, canonizado por la Iglesia, pactó en su momento con los tártaros (mongoles), lo que impidió que las temibles hordas invasoras asiáticas conquistaran todo el territorio de lo que hoy es conocido como Rusia.

En los últimos meses surgieron dos iniciativas para devolver a la plaza la estatua de Dzerzhinski, cuya retirada el 22 de agosto de 1991 dio la vuelta al mundo y confirmó que la URSS tenía los días contados.

"Ningún otro político en la Rusia actual podía haber controlado la situación y evitado la completa desintegración del país entre 1917 y 1920", comentó recientemente a Efe Alexandr Mijáilov, jefe de la organización Oficiales de Rusia, que incluye a veteranos del Ejército y de los órganos de seguridad del Estado.

Desde su retirada en 1991, la estatua del revolucionario ha permanecido en un parque al aire libre (Muzeón), donde se exponen monumentos de dirigentes soviéticos que no resistieron la ira de las masas.

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