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Italia encara una Navidad confinada con más de 16.000 contagios diarios

En el país transalpino ya han enfermado casi dos millones de personas desde el inicio de la pandemia y se registran más de 500 fallecidos por jornada.

Gonzalo Sánchez
Coronavirus situation in Rome
Coronavirus situation in Rome
ANGELO CARCONI

Los italianos vivirán este año las Navidades más atípicas que se recuerdan, confinados en casa y sin grandes cenas familiares en los festivos y sus vísperas, todo un sacrificio dirigido a doblegar un virus que hoy dejó más de 16.000 nuevos contagios.

El Gobierno ha tenido que decretar el confinamiento de todo el país a partir del próximo jueves, Nochebuena, tras constatar que el coronavirus no retrocede lo suficiente con las medidas vigentes. Una evidencia nuevamente demostrada en el boletín de este sábado del Ministerio de Sanidad: En las últimas veinticuatro horas se han confirmado 16.308 nuevos contagios, un dato ligeramente inferior al del día anterior, pero se han hecho menos pruebas, unas 176.000.

Por otro lado en Italia siguen muriendo muchas personas, 553 desde ayer viernes, levemente por debajo de la media de la última semana, pero esto eleva el balance provisional a las 68.447 víctimas mortales desde que se decretó la emergencia, a mediados de febrero. En total en el país se han contagiado ya 1.938.083 personas.

No obstante la presión en los hospitales sigue decreciendo: de los 620.166 enfermos actualmente con la covid-19 (la mayoría aislada en sus domicilios), 28.148 están ingresados, 440 menos que ayer, y 2.784 requieren Cuidados Intensivos (-35). Además, como buena noticia, la tasa de positivos sobre el total de pruebas se muestra a la baja, situándose este sábado en el 9,2 por ciento, frente al 10 por ciento del día precedente.

A puerta cerrada

Así, el Gobierno ha aprobado nuevas restricciones que incluyen un confinamiento casi total la mayor parte del periodo navideño, entre el 24 de diciembre y el 6 de enero, tal y como anunció con visible pesar en la noche del viernes el primer ministro, Giuseppe Conte. En total Italia, con más de sesenta millones de habitantes, encara diez días de "zona roja", es decir, con un cierre casi total, y cuatro de "zona naranja", algo menos estrictos.

Los días 24, 25, 26, 27 y 31 de diciembre y el 1, 2, 3, 5 y 6 de enero no se podrá salir de casa salvo por comprobadas necesidades de trabajo, urgencia o salud, y se prohíben los desplazamientos entre las distintas regiones.

El comercio minorista también cerrará, excepto la alimentación, farmacias, parafarmacias, quioscos de prensa y estancos, además de bares, restaurantes, heladerías o pastelerías, que solo podrán entregar a domicilio y hasta las 22.00, para llevar.

Se permitirá la realización de actividad física individual en las inmediaciones del domicilio, respetando la distancia de al menos un metro y con la obligación de utilizar equipo de protección.

En los días "naranjas" (solo el 28, 29 y 30 de diciembre y el 4 de enero), la diferencia es que estarán abiertas las tiendas y se podrá circular en el interior del propio municipio, y los bares y restaurantes seguirán cerrados aunque podrán entregar a domicilio. Asimismo el toque de queda se mantiene fijado a las 22.00 en todo el territorio nacional.

No obstante, en todo el período de Navidad habrá una excepción: en los días de cierres se permitirán las visitas familiares pero solo si se desplazan un máximo de dos personas, además de hijos menores de catorce años, que no se contabilizan.

Últimas compras

Por esta razón cientos de miles de italianas tratan de regresar a sus casas familiares para pasar la navidad antes de que el lunes se prohíban los viajes interregionales y el jueves inicie el cierre. Este "éxodo" se da especialmente desde el industrializado norte, como la ciudad de Milán, capital económica del país, hacia al sur, hacia Roma, Nápoles, Bari o Reggio Calabria, por ejemplo.

El gobernador de la septentrional Lombardía, Attilio Fontana, ha culpado al Gobierno las "aglomeraciones de última hora" impidiendo los viajes con pocos días de antelación al periodo navideño.

Este sábado era prácticamente imposible hacerse con un billete de tren de alta velocidad, que además viajan a la mitad de su capacidad para garantizar la distancia entre pasajeros, y los pocos que quedan rozan los 200 euros por tres horas de trayecto entre Milán y Roma.

Los italianos aprovecharon también este fin de semana para hacer las últimas compras y por eso se han registrado aglomeraciones en el centro de ciudades como Roma, que tuvo que clausurar parte de su Vía del Corso y las estaciones de metro de la plaza España y de Flaminio para evitar la llegada de más gente.

Regiones y cierres

Algunas regiones se han adelantado a los cierres impuestos por el Ejecutivo. Es el caso del Véneto (norte), una de las más vapuleadas por el virus en estos momentos y en la que desde este sábado queda prohibido cambiar de municipio desde las dos de la tarde.

Por su parte Campania (sur) decidió permanecer en "zona naranja", el segundo nivel de gravedad, a pesar de que contaba con el plácet del Gobierno central para situarse en el grado de menor incidencia. Su gobernador, Vincenzo De Luca, firmará en las próximas horas una ordenanza para prohibir a los bares y restaurantes la venta de alcohol desde las once de la mañana.

Otro aspecto es lo referido a las misas de Navidad: el Papa ha tenido que adelantar la del Gallo, tradicionalmente nocturna, para respetar el toque de queda nacional. La Conferencia Episcopal italiana recordó que las eucaristías están permitidas pero recomendó a los fieles acudir a los templos más cercanos de sus domicilios para evitar grandes desplazamientos.

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