La tercera ola marca un número de casos diarios de récord en Japón y Corea del Sur
El país nipón supera la barrera de las 3.000 infecciones diarias y la Corea capitalista sobrepasa los mil, cifras nunca vistas durante la pandemia.
Si la primera fue una ola, la tercera es un tsunami. Los contagios de coronavirus en Japón y Corea del Sur se han disparado y marcan estos días cifras de récord no vistas durante toda la pandemia. El archipiélago nipón superó por primera vez la barrera de los 3.000 nuevos infectados este sábado, y la Corea capitalista anundió ayer domingo que ha sobrepasado los mil casos diarios. En ambos países, las capitales son las localidades más afectadas: Tokio rebasó el sábado el listón de los 600 contagios, y Seúl ha sumado 65 pacientes hospitalizados, un número que eleva el total en el área metropolitana a 580. Afortunadamente, solo se han registrado allí dos víctimas mortales.
Son cifras muy discretas si se comparan con las de los países europeos o americanos, pero las alarmas han saltado y los gobiernos ya han avanzado que se impondrán medidas más estrictas. Concretamente, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, ha asegurado que el país se enfrenta a "la peor crisis desde que estalló la pandemia" y ha dejado claro que, si la curva continúa marcando récords, tendrá que imponer las restricciones más estrictas. "Estamos en un momento desesperado en el que debemos concentrar todos los recursos de la Administración en la contención del virus", ha explicado.
Como sucede en muchos otros lugares del mundo, la población surcoreana ha bajado la guardia en estas fechas y los clústeres de infección se multiplican debido a reuniones familiares y a otras relacionadas con actos religiosos. Las autoridades ya habían previsto un incremento de los casos, pero estimaron que el pico se alcanzaría en los 600 contagios diarios, una cifra que el país ha dejado ya muy atrás. "Hemos entrado en un peligroso túnel por el que no hemos transitado antes", ha afirmado el alcalde interino de Seúl, Seo Jeong-hyup, que, según la agencia Yonhap, ha reconocido la necesidad de sumar camas hospitalarias en una reunión. El objetivo es evitar que la Sanidad se desborde, algo que no ha sucedido en ningún momento en Corea del Sur.
En Japón, donde el Gobierno tiene menos poder para imponer medidas, las autoridades reclaman responsabilidad cívica y que los bares y restaurantes cierren a las diez de la noche. Según una encuesta de Tokyo Shoko Research, nueve de cada diez empresas niponas han cancelado las tradicionales fiestas de fin de año debido a la pandemia, pero la hostelería es más díscola. La agencia Kyodo informa de que, actualmente, 578 personas se encuentran en estado grave o muy grave por la aovid-19 en el país, un número que marca otro triste máximo.
Ante esta preocupante situación, el pasado viernes un panel de expertos pidió al Gobierno que cancele en las zonas más afectadas el programa de subsidios para incentivar el turismo interno. Según la teleoperadora NTT Docomo, la movilidad en las estaciones de trenes y zonas de ocio se ha disparado un 70% en la última semana. De nuevo, surge el dilema entre preservar la salud de la población o la de la economía. A pesar de todo, los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio siguen confiando en su capacidad para llevarlos a cabo el verano que viene.
En Corea del Sur, la población también apuesta por la capacidad para controlar esta tercera ola como se ha hecho con las dos anteriores, sin un confinamiento masivo ni cierres perimetrales. "Creo que la gente dejará de salir tanto y espero que el rastreo exhaustivo y las cuarentenas selectivas de contactos y casos sospechosos sean suficientes para reducir la incidencia hasta que lleguen las vacunas", comenta a este diario Kim Youseon, una trabajadora del sector del cine. "El problema es que nos hemos relajado porque creíamos que ya habíamos ganado la batalla", apostilla. De momento, el Gobierno se plantea implementar las medidas de distanciamiento social de nivel 3, el más estricto de la escala.
