El Supremo acaba con la pretensión de Trump de anular su derrota electoral

El tribunal rechaza la demanda del fiscal general de Texas para invalidar los resultados en Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin.

Un seguidor de Trump ondea una bandera de Estados Unidos delante del Tribunal Supremo, en Washington.
Un seguidor de Trump ondea una bandera de Estados Unidos delante del Tribunal Supremo, en Washington.
MICHAEL REYNOLDS/EFE

"El Tribunal Supremo nos ha decepcionado. ¡No tiene ni sabiduría ni coraje". Con este mensaje se despachó este sábado el presidente de Estados Unidos contra los altos magistrados de la Corte. Encolerizado. Pero, al menos por una vez, en esta ocasión tenía un motivo de peso. Los magistrados rechazaron la conocida como demanda de Texas, una denuncia impulsada con el apoyo de Donald Trump, que trataba de anular las votaciones de las recientes elecciones presidenciales en cuatro Estados. La resolución es de suma importancia ya que marca definitivamente la puerta de salida de la Casa Blanca a su actual inquilino al pulverizar prácticamente todos sus intentos de revertir el resultado de los comicios, favorables al demócrata Joe Biden.

El Supremo se pronunció a últimas horas del viernes (madrugada de ayer en España) sobre esta demanda que lideraba el propio fiscal general de Texas. Dentro de la vorágine de recursos activada por el equipo de Trump tras la noche electoral del 3 de noviembre, éste buscaba invalidar los resultados en cuatro demarcaciones clave en la victoria de Biden: Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin. Entre todos suman 62 votos en el Colegio Electoral, un número decisivo para cambiar el rumbo político del país a favor del líder republicano si el recurso hubiera prosperado.

Sin embargo, el tribunal no ha encontrado indicios de fraude, como tampoco los halló el martes cuando se pronunció en contra de otra impugnación de los resultados en Pensilvania. Ni en la cuarentena larga de denuncias interpuestas en distintas instancias judiciales de otros condados por los abogados del presidente saliente y un nutrido grupo de líderes republicanos a título personal.

El resultado deja al fiscal general, Ken Paxton, en la picota. Su intento ha sido, posiblemente, el más desesperado de todos. Sobre todo, porque acudió al Supremo sin pasar por otras escalas intermedias y con el propósito de denunciar un fraude electoral en cuatro Estados ajenos al suyo, y con un argumento cuando menos difuso: los comicios habrían resultado contaminados por la presentación de un número indeterminado de "papeletas ilegales" derivadas del voto por correo y anticipado, que los gobernadores de estos territorios habrían alentado con la excusa de la pandemia. Aparte del propio Trump, 106 congresistas y 17 fiscales republicanos apoyaban una tesis tan precaria.

El varapalo que recibe el todavía inquilino del Despacho Oval puede calificarse de monumental. Ni uno solo de los miembros de la Corte -nueve, de los que seis son conservadores- ha respaldado la insólita denuncia de Paxton. Ni siquiera los tres que Trump ha designado directamente durante su mandato para mayor sonrojo, pues aumenta la sensación de orfandad y escasa credibilidad del presidente en su fútil batalla contra la victoria demócrata. Aun con todo, numerosos estadounidenses asumieron ayer sus argumentaciones y se manifestaron en Washington para protestar por un posible fraude electoral

El Supremo deja claro que no hay elementos para anular los resultados de las urnas, pero especialmente tampoco entiende la injerencia de Texas en un asunto que, desde el punto de vista jurisdiccional, únicamente correspondería a Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin. "Texas no ha demostrado un interés judicialmente reconocible sobre la manera en que otros estados llevaron a cabo las elecciones", subraya la resolución. La misma tesis la defendió ayer la procuradora general de Michigan, Dana Nessel. El rechazo "es un recordatorio importante de que somos una nación de leyes, y aunque algunos pueden ceder al deseo de una sola persona, los tribunales no lo harán", tuiteó Nessel.

¿Y qué dijo Biden? Simplemente, que "no ha sido una sorpresa", según su portavoz, Mike Gwin. "Docenas de jueces, funcionarios electorales de ambos partidos y el propio fiscal general de Trump han desestimado sus intentos infundados de negar que perdió las elecciones", enfatizó.

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