Incertidumbre ante el abismo del Brexit

El acuerdo entre Londres y Bruselas sigue bloqueado a seis semanas de que se produzca la salida de la Unión Europea.

Londres, 21 nov. (COLPISA, Lourdes Gómez).
El primer ministro británico, Boris Johnson, el viernes en Londres.
El primer ministro británico, Boris Johnson.
Reuters

Pesca, gobernanza, competencia leal. Son las tres grandes áreas que dificultan el progreso en las negociaciones sobre la relación del Reino Unido y la Unión Europea después del Brexit. Y a menos de seis semanas de la conclusión del periodo de transición, el 31 de diciembre, crece la incertidumbre de si hay voluntad política para sellar el acuerdo o, por el contrario, la inmovilidad de Londres o Bruselas precipitará la ruptura a las bravas.

"Creo que habrá acuerdo, aunque solo sea porque no necesitamos otro golpe a la confianza en medio de la Covid-19. El problema es que será un acuerdo esquelético, libre de aranceles y cuotas. Ese tipo de tratado no ayuda particularmente a un país como Reino Unido, que básicamente es una economía de servicios", sostuvo Lionel Barber, el veterano exdirector del 'Financial Times', en un encuentro telemático con miembros de la Asociación de Prensa Extranjera (FPA).

Un acuerdo comercial de mínimos sería una fórmula aceptada por los radicales euroescépticos británicos. También es la solución a corto plazo que anticipan los mercados de divisas, aunque el 60% de los economistas consultados recientemente por Reuters cree que un pacto de mayor envergadura todavía es posible. Para ello, el Gobierno de Boris Johnson y la UE deberían dar un paso extra por encima de sus respectivas líneas rojas o apañar una estrategia para salvar la cara del bando que contemple ceder antes de caer en el abismo.

El Ejecutivo conservador pide un arreglo que reconozca la soberanía de Reino Unido y respete su independencia de la UE. El bloque de los Veintisiete se mantiene unido en la defensa de la integridad del mercado único, que ha guiado su diálogo con Londres desde que el 52% del electorado británico votó a favor del Brexit hace más de cuatro años.

"Puede terminar mal", reconoce Barber, que acaba de publicar sus memorias de quince años al frente del periódico neoliberal en 'The Powerful and the Damned: Private Diaries in Turbulent Times'. Teme que Johnson sucumba a la presión de los radicales euroescépticos y rechace cualquier compromiso que pueda comprometer la plena soberanía de Reino Unido. "Nuestra posición sigue igual. recuperar el control de nuestro dinero, leyes y fronteras", dijo el viernes el portavoz del mandatario conservador.

Ambas delegaciones están decididas a seguir negociando, pese a la interrupción causada por un contagio de coronavirus. El jefe negociador de la UE, Michel Barnier, entró en cuarentena días atrás y el equipo británico que dirige David Frost regresó a casa desde Bruselas. El trabajo técnico continuará en comunicaciones electrónicas a lo largo de la semana y ambas partes reanudarán los encuentros presenciales, probablemente en Londres, "cuando se juzgue que todos están a salvo", según indicó Downing Street.

Un 95% consensuado

El texto legal del tratado está, al parecer, prácticamente concluido. Fuentes diplomáticas sugieren que se ha consensuado el 95% de las secciones, mientras los apartados restantes están marcados entre corchetes en el borrador del documento. "Hemos visto mejor progreso y más movimiento en los ficheros importantes", declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. La discordia, según confirmó, ronda en torno al acceso de los pescadores comunitarios a los caladeros británicos, los principios del llamado 'juego limpio' o marco de igualdad de condiciones en ambos territorios y el mecanismo de arbitraje que supervisará la aplicación del acuerdo y penalizará las posibles infracciones.

Ambas delegaciones cuentan con equipos de hasta un centenar de profesionales, que trabajan a nivel técnico en la quincena de apartados temáticos en que la negociación avanza simultáneamente. El proceso ha pasado al plano político ahora que se aproxima la cuenta atrás de la transición del Brexit. Así, la portavoz laborista de los preparativos para la Retirada de la UE, Rachel Reeves, pidió ayer a Johnson que tome el control personal de la negociación y obtenga un acuerdo comercial. "Es una cuestión de competencia y liderazgo", le desafió.

Tras varias fechas incumplidas para concluir el proceso negociador, se menciona ahora el abanico temporal de finales de noviembre al próximo 10 de diciembre. Sería la nueva meta en la carrera para cerrar los términos básicos de un acuerdo o para activar los planes de contingencia ante la ruptura de las relaciones entre Londres y Bruselas.

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