El nuevo confinamiento francés costará 15.000 millones de euros al mes 

El ministro de Economía precisa que unos 200.000 comercios se verán obligados a bajar la persiana durante este nuevo cierre del país.

Policías ante la basílica del Sagrado Corazón en París
Policías ante la basílica del Sagrado Corazón en París
YOAN VALAT

Las nuevas medidas anunciadas por el Gobierno francés para tratar de limitar el impacto del segundo confinamiento tendrán un coste de 15.000 millones de euros al mes, anunció el ministro de Economía, Bruno Le Maire, un día después de que el presidente, Emmanuel Macron, impusiera esta medida para tratar de frenar la epidemia del Covid-19. Le Maire precisó que unos 200.000 comercios se verán obligados a cerrar sus puertas. 

El primer ministro, Jean Castex, precisó junto a varios de sus ministros en rueda de prensa las modalidades del nuevo cierre del país. "El objetivo central de este confinamiento es proteger a los franceses y preservar el sistema sanitario", dijo. A pesar de la dureza de la medida, siete de cada diez ciudadanos apoyan la decisión del Gobierno, según un sondeo de Odoxa-Dentsu Consulting para la cadena de radio FranceInfo y el diario 'Le Figaro'.

Los franceses solo podrán abandonar su domicilio para hacer compras de primera necesidad, para ir a trabajar si no pueden recurrir al teletrabajo, por razones médicas, por alguna razón familiar imperiosa, para acompañar a los niños al colegio o para hacer una actividad física individual en un perímetro de un kilómetro de sus domicilios.

A diferencia del primer confinamiento, en el que los centros de enseñanza cerraron, el Gobierno francés ha decidido mantener las guarderías, los colegios e institutos abiertos para evitar el riesgo de abandono escolar. El uso de la mascarilla será obligatorio para los alumnos a partir de los 6 años, frente a los once actuales, medida que entrará en vigor el lunes con el regreso de los estudiantes a las aulas tras dos semanas de vacaciones.

En Francia, 35.020 personas han muerto hasta ahora por coronavirus, de los que 235 han fallecido en las últimas 24 horas. Desde el inicio de la epidemia, 1.282.769 ciudadanos han dado positivo en los test realizados, de ellos 47.637 fueron diagnosticados en la pasada jornada.

Preocupación en Alemania

Aunque sin llegar por ahora a los niveles de incidencia de Francia, la preocupación por el avance del virus crece también en Alemania, que anunció el miércoles igualmente nuevas restricciones. La canciller, Angela Merkel, defendió ante el Bundestag, el Parlamento, las nuevas medidas por ser "adecuadas, necesarias y proporcionadas" para frenar la ola de infecciones, que alcanzaron otro récord, con 16.774 casos en 24 horas. Según alertó la mandataria, "nos encontramos en una situación dramática" que justifica la severa intervención del Gobierno y de los ejecutivos de los 16 Estados federados.

Las nuevas medidas -que conllevan, entre otras cosas, el cierre de bares, restaurantes y centros deportivos y culturales- entrarán en vigor el lunes y se mantendrán, por lo menos, todo noviembre. No se cerrarán colegios ni guarderías, tampoco comercios o templos religiosos, aunque estarán sometidos a estrictas medidas de higiene y distancia física. "Actualmente es imposible rastrear y conocer el origen del 75% de las infecciones y de esa situación debemos salir cuanto antes", señaló Merkel al subrayar que es prioritario recuperar el control de la propagación y volver a dominar el seguimiento de las cadenas de contagios.

Mientras tanto, el director de Medicina Intensiva de la Clínica Universitaria de Hamburgo-Eppendorf, Stefan Kluge, advirtió de que la evolución del virus en Alemania es "absolutamente preocupante" y hacer temer una saturación de las unidades de cuidados intensivos en las próximas semanas.

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