Beirut recuerda a sus muertos una semana después de la explosión 

La dimisión en bloque del gobierno encabezado por el primer ministro Hasan Diab el lunes no ha calmado las protestas en la calle. Los muertos suman ya 171, los heridos se sitúan por encima de los 6.000.

El silencio se hizo dueño del puerto a las 18.06, la misma hora a la que el día 4 se produjo la tragedia.
El silencio se hizo dueño del puerto a las 18.06, la misma hora a la que el día 4 se produjo la tragedia.
GORAN TOMASEVIC

Con velas en las manos y mucha indignación en el cuerpo, cientos de personas marcharon este martes por el centro de Beirut hasta el puerto para recordar a las al menos 171 víctimas mortales que dejó la enorme explosión que afectó al puerto y parte de la ciudad hace una semana.

Las ruinas del puerto hicieron de telón de fondo para una manifestación que recorrió las calles de la capital antes de llegar al lugar en el que hace siete días 2.750 toneladas de nitrato de amonio explotaban para generar una onda expansiva que causó heridas a más de 6.000 personas y dejo a más de 250.000 sin casa.

Tras la manifestación, un grupo de jóvenes volvieron a enfrentarse por cuarto día consecutivo frente a la sede del Legislativo con un balance parcial de 42 heridos, según la Cruz Roja libanesa.

El silencio se hizo dueño del puerto a las 18.06, la misma hora a la que el día 4 se produjo la tragedia.

"Hemos iluminado velas, saludado a los miembros de Defensa Civil, los bomberos, Cruz Roja, doctores y todos los libaneses que ayudaron en las calles", afirmó Hamza, un joven de 26 años que participó en la convocatoria.

"Hoy hace una semana que estamos asustados y con dolor, en shock. Hay gente que todavía no ha salido de sus casas", añadió.

La dimisión en bloque del gobierno encabezado por el primer ministro Hasan Diab el lunes no ha contentado a los participantes en la concentración, que corearon consignas también contra el presidente libanés, Michel Aoun.

"Han matado a mucha gente, viven en otro mundo. La dimisión del gobierno no tiene significado. No tiene sentido, es como si estuvieran dando una piruleta a un niño para que olvide el dolor", indicó Hazam.

"Ya no hay nada que nos represente como libaneses", añadió.

La indignación volvió a expresarse también frente a la sede del Parlamento en forma de enfrentamientos entre manifestantes y Policía, aunque con menos intensidad que en jornadas precedentes.

Algunos manifestantes arrojaron piedras a los policías que resguardaban la sede del legislativo y estos respondieron con gases lacrimógenos y pelotas de goma.

El Ministerio de Salud actualizó la cifra de fallecidos que ya alcanzan los 171 mientras y los heridos se sitúan por encima de los 6.000.

La oficina de prensa del ministerio dejará de informar del número de víctimas y desaparecidos, ya que esa función ha sido transferida al Ejército y la Seguridad General del Estado, encargados de las labores de búsqueda de nuevos cadáveres en el lugar del siniestro.

El Gobierno de Hasan Diab dimitió en bloque a causa de la tragedia y después de que se produjesen protestas para pedir la caída de la clase dirigente del país, en medio de una grave crisis económica que no ha hecho más que agudizarse con la deflagración.

La crisis política también ha quedado abierta tras la dimisión del Ejecutivo. Los partidos comenzaron a reunirse y a mantener contactos para tratar de consensuar un Gobierno, lo que ha disparado la lista de nombres que se barajan para suceder a Diab en el cargo.

Mientras tanto sigue llegaron la ayuda y las muestras de solidaridad.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) suministrará al Líbano 50.000 toneladas de harina y grano de trigo, suficiente para un periodo de tres meses.

La responsable de comunicación del organismo en el Líbano, Malak Jaafar, dijo que los suministros estarán destinados a molinos y panaderías de todo el país, con el objetivo de "prevenir la escasez de alimentos en el Líbano mientras el país reconstruye su principal puerto".

Este martes un avión del Ejército del Aire español aterrizó en Beirut con ayuda de emergencia.

El cargamento incluye 10 toneladas de harina de trigo donados por la Fundación Internacional Olof Palme, así como suministros médicos y Equipos de Protección Individual (EPI) enviados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que también ha puesto a disposición de las autoridades libanesas equipos de cobijo para los libaneses que se ha quedado sin hogar.

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