Cuarentena generalizada en Manila por el coronavirus

Filipinas es ya el segundo país del sudeste asiático con más positivos diarios, superado solo por Indonesia, con más del doble de población.

Pruebas de coronavirus en Manila
Pruebas de coronavirus en Manila
Reuters

Si no es la segunda ola, se le parece mucho. Eso es lo que sostienen los médicos filipinos, que el pasado fin de semana advirtieron de que la capital de la excolonia española, Manila, está perdiendo la batalla contra la covid-19. Y de que sus recursos se agotan. "Nuestros sanitarios están al borde del colapso por el interminable flujo de pacientes que desbordan las urgencias y necesitan ser hospitalizados", afirmó José Santiago, presidente de la Asociación Médica del país.

Los datos lo confirman. Filipinas es ya el segundo país del sudeste asiático con más positivos diarios -superado solo por Indonesia, con más del doble de población- y una tendencia al alza. Si la semana pasada se sumaban 4.000 al día, el domingo se rebasaron los 5.000 y se batió el récord de lo que va de crisis sanitaria. En total, se han superado los 100.000 contagios y los 2.000 muertos.

El presidente, Rodrigo Duterte, que ya a mediados de marzo impuso uno de los confinamientos más estrictos y largos de Asia, ha decretado una nueva cuarentena para Manila y las provincias colindantes, que entrará en vigor mañana y concluirá el día 18. Entre las medidas que se impondrán figuran restricciones en el transporte público, el requerimiento de permisos especiales para poder circular, y el cierre de negocios no esenciales, pero también la contratación de 10.000 sanitarios que reforzarán el sistema de salud y gozarán de algunos privilegios como transporte y alojamiento gratuitos.

Mientras tanto, la pandemia continúa provocando graves problemas en otros países de la región. En Vietnam, por ejemplo, se han registrado las primeras seis muertes por covid-19, y el gobernador de la prefectura japonesa de Okinawa ha reinstaurado el estado de emergencia, al menos hasta el día 15, para evitar el colapso de la sanidad.

La situación no es mejor en Melbourne, la segunda mayor ciudad de Australia, donde se ha decretado un toque de queda de seis semanas para intentar controlar el coronavirus, que en poco más de un mes ha infectado a unas 9.000 personas tras aparentes fallos de seguridad en la cuarentena de los viajeros internacionales.

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