campaña electoral americana

Estados Unidos quiere liderar al mundo en una guerra contra China

El secretario de Estado Mike Pompeyo lanza un duro discurso contra la "tiranía china" y pide a las "naciones libres" que se le unan.

Nueva York, 23 jul. (COLPISA, Mercedes Gallego, corresponsal).
JHK01. Osan (Korea, Republic Of), 30/06/2019.- US President's daughter and White House advisor Ivanka Trump (C) speaks as US President Donald J. Trump (L) and US Secretary of State Mike Pompeo (R) stand during a meeting with soldiers of the United States Forces in Korea (USFK) at the Osan Air Base in Pyeongtaek, Gyeonggi-do, South Korea, 30 June 2019. The US leader arrived in South Korean on 29 June for a two-day visit that included a meeting with South Korean President Moon Jae-in and North Korean leader Kim Jong-un in the Demilitarized Zone that separates the two Koreas. (Corea del Sur, Estados Unidos) EFE/EPA/KIM MIN-HEE US President Donald J. Trump visits South Korea
Los presidentes de Estados Unidos y China en una imagen de archivo
KIM MIN-HEE

Si Xi Jinping pensó que podía entenderse con Donald Trump solo porque es un hombre de negocios al que se puede comprar, se equivocó. Este año el único precio del mandatario es ganar la reelección y para eso necesita crear un poderoso enemigo al que culpar del "virus chino", cuya mala gestión le ha hecho caer en las encuestas. Hoy su secretario de Estado Mike Pompeo prácticamente le declaró la guerra al gigante asiático, a menos de cien días de las elecciones.

"El viejo paradigma de involucrarse ciegamente con China ha fracasado", afirmó. "No podemos volver a él. El mundo libre tiene que triunfar sobre esta tiranía", dijo en Kansas City, tras volver de Europa. Estados Unidos no sólo quiere enfrentarse a China, sino liderar una guerra mundial contra este país. "Es hora de que las naciones libres actúen", conminó. "Tenemos que dibujar líneas comunes sobre la arena que no puedan borrar las ofertas y lisonjas del Partido Comunista Chino. Si no actuamos ahora, al final el PCC erosionará nuestras libertades y trastocará el orden estructurado que la sociedades libres han construido".

Para el gobierno de Trump, "es hora de una nueva alianza de las democracias", porque «si el mundo libre no cambia a la China comunista, la China comunista nos cambiará a nosotros». El presidente del 'America First', un unilateralista que ha sacado a EE UU de los acuerdos climáticos de París, los principales tratados comerciales y hasta de la Organización Mundial de la Salud, dice ahora que necesita al mundo para esta guerra. "No podemos enfrentar solos este desafío", reconoció Pompeo, pero "la ONU, la OTAN, el G7, el G20, nuestro poder militar, diplomático y económico juntos seguro que son suficientes para enfrentar este reto, si se dirige adecuadamente". Y, por supuesto, Estados Unidos quiere ser el comandante en jefe del mundo para esta batalla.

El gobierno estadounidense asegura que el enemigo esta nueva guerra fría es peor que Rusia, porque "a diferencia de la Unión Soviética, China está plenamente integrada en nuestras economías". Esa es también, a su juicio, la ventaja. Trump piensa que China necesita más del mundo que el mundo de China, o al menos "Pekín es mas dependiente de nosotros que nosotros de ellos".

Le culpa de que "hoy estemos aquí sentados vistiendo mascarillas", y aunque antes no mencionase los derechos humanos ni la libertad de expresión, ahora se plantea "cuánto mejor estaríamos si los médicos de Wuhan hubieran podido levantar la alarma sobre el brote de un nuevo coronavirus". Ahora que Trump ha entendido que la epidemia no va a desaparecer «como por milagro», necesita un cabeza de turco para echarle la culpa. China será su nueva bestia negra hasta que este país entienda que el mandatario sólo respeta a los más duros entre los duros.

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