francia
Un incendio provocado destroza el histórico órgano de la catedral de Nantes
Los bomberos localizaron tres focos diferentes y su rápida actuación permitió salvar la estructura del templo, a pesar de la altura de las llamas.
Más de un año después del devastador incendio que arrasó Notre Dame de París, los franceses han vuelto a vivir con el corazón encogido cómo otra joya del gótico, la catedral de Nantes, se convertía este sábado en víctima de las llamas. Pero con una gran diferencia: la Fiscalía sospecha de que esta vez se trata de un "incendio voluntario", ya que se han encontrado al menos tres focos diferentes en torno al gran órgano del templo, que ha quedado completamente destruido.
La estructura de la catedral de San Pedro y San Pablo no se ha visto afectada y, a pesar de la altura que alcanzaron las llamas, tampoco su techumbre, que había sido restaurada en hormigón. Sin embargo, el órgano, una reliquia del siglo XVI que había sobrevivido a la Revolución Francesa y a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, ha quedado reducido a cenizas. La plataforma que lo soportaba "ha quedado muy inestable -explicó el general Laurent Ferlay, jefe de bomberos del departamento- y amenaza con derrumbarse".
El incidente de 1972
Por el momento se desconoce qué o quién pudo originar el fuego, aunque los bomberos tuvieron claro desde su entrada en el templo que el incendio no había sido fruto del azar. Según explicó el fiscal de Nantes, Pierre Sennes, los bomberos detectaron hasta tres focos diferentes, uno detrás del órgano y otros dos a cada lado de la nave, lo que da prioridad a la "pista criminal". Los agentes no encontraron, sin embargo, indicios de que los accesos exteriores del templo pudieran haber sido forzados.
La Policía judicial se ha hecho cargo de la investigación. En este sentido, un experto en incendios del laboratorio de la policía científica de París se desplazó a Nantes para examinar los focos que originaron las llamas y el estado de la instalación eléctrica de la catedral.
El fuego se iniciaba a primera hora de la mañana, cuando varios vecinos madrugadores que paseaban por la plaza de la catedral avistaron llamas tras las vidrieras de la fachada y avisaron rápidamente a los servicios de emergencia. Más de un centenar de bomberos fueron desplegados para apagarlo, mientras los vecinos se congregaban en los alrededores temiendo que la historia volviera a repetirse. Y es que en 1972, un operario que trabajaba en la restauración del tejado con un soplete desató accidentalmente un incendio que arrasó la catedral, que tardó luego 13 años en ser restaurada.
Los peores presagios, por fortuna, no se llegaban a confirmar. En torno a las 10.00, los bomberos conseguían controlar el fuego, aunque una espesa columna de humo negro seguía saliendo por la tracería de su fachada principal.
Hasta Nantes se desplazó el primer ministro, Jean Castex, quien alabó el trabajo de los servicios de lucha contra el fuego. También mostró su solidaridad con los católicos y los nanteses, y pidió dejar paso a la investigación y la reconstrucción.
La Fundación del Patrimonio, que consiguió el año pasado recaudar cientos de millones de euros para Notre Dame de París, lanzó este sábado una colecta para la restauración del gran órgano de la catedral. Las primeras imágenes del interior del templo daban muestra de la virulencia del incendio, que también destruyó una pintura de Hippolyte Flandrin del siglo XIX.
Los más de 5.500 tubos de estaño y plomo del instrumento quedaron fundidos y su madera convertida en cenizas. Pero el fuego ha hecho también desaparecer las vidrieras de la fachada, originales del siglo XV.
"Es una tragedia, una auténtica catástrofe", lamentaba con la voz entrecortada por la emoción, Marie-Therèse Jehan, quien desde hace 20 años es la organista titular de la catedral de Nantes. El instrumento, construido en 1621 por Jacques Girardet, era una de las joyas del patrimonio organístico de Francia -explicó al canal BFM- y una de sus piezas más importantes. Un especialista en estos instrumentos ha llegado a Nantes de París para valorar los hechos.
"El Estado estará ahí para una operación que, sin duda, va a ser larga, aunque hay cosas irrecuperables", reconoció ayer la ministra de Cultura, Roselyne Bachelot. "Es una enorme tristeza", concluyó.
