Johnson se enroca en la defensa de Cummings pese a desplomarse su popularidad

Reino Unido ha alcanzado este miércoles 37.460 fallecidos por la covid-19, tras sumar 412 decesos en el último día.

Guillermo Ximenis
Comparecencia del primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson
Comparecencia del primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson
NEIL HALL

El primer ministro británico, Boris Johnson, mantiene su respaldo incondicional a Dominic Cummings, cerebro de la campaña del Brexit, pese a que su popularidad se ha desplomado entre los votantes a raíz del escándalo que ha provocado su asesor al saltarse el confinamiento contra el coronavirus.

Apenas cinco meses después de unas elecciones generales en las que el líder conservador obtuvo una abrumadora mayoría absoluta, la ventaja frente a los laboristas ha caído nueve puntos en solo una semana (44 % "tories" frente a 38 % laboristas), el colapso más abrupto en más de una década, según un sondeo del diario "The Times".

El 71 % de los encuestados considera que Cummings rompió las normas cuando condujo 400 kilómetros hasta la casa de sus padres para que le ayudaran con el cuidado de su hijo a finales de marzo, aunque la orden del Gobierno era "quedarse en casa" salvo en circunstancias excepcionales.

El influyente asesor, una de las figuras claves en el diseño del confinamiento en el Reino Unido, ha reconocido además que llevó en coche a su familia a una localidad turística del norte de Inglaterra a principios de abril.

Tras destapar la prensa ese desplazamiento, Cummings ha argumentado que lo hizo para comprobar que su vista no había quedado dañada tras superar él mismo la enfermedad y que era capaz de conducir.

A pesar de las críticas que han desatado esas revelaciones en todo el espectro político, incluido el Partido Conservador, Johnson sostiene que su mano derecha actuó "con responsabilidad, legalmente y con integridad".

Tormenta política

En una jornada en la que el Reino Unido alcanzó 37.460 fallecidos por la COVID-19, tras sumar 412 decesos, el primer ministro se enfrentó hoy a duras críticas en el comité de Enlace de la Cámara de los Comunes, donde se sometió al escrutinio de los presidentes del resto de comités parlamentarios.

El conservador Simon Hoare advirtió de que los ciudadanos británicos pueden ser menos proclives a respetar el confinamiento, si repuntan los contagios, ante la percepción de que la mano derecha del primer ministro se saltó las normas sin consecuencias.

Johnson rehusó someter a Cummings a una investigación formal por parte del Gobierno e insistió en repetidas ocasiones en la necesidad de "pasar página" del escándalo y centrarse en la lucha contra la pandemia.

"No estoy seguro de que una investigación sobre este asunto sea un buen uso del tiempo ahora mismo", sostuvo el primer ministro.

Cerca de 40 diputados conservadores han expresado su deseo de que Cummings dimita o sea despedido y muchos de ellos han relatado cómo sus buzones de correo electrónico han recibido en los últimos días multitud de mensajes de ciudadanos enfadados por la actitud del asesor gubernamental.

"La gente no ha podido ver a sus familiares durante estos meses. No han podido estar al lado de sus familiares que han muerto. Creen que hay una norma para aquellos que están en el Gobierno y otra para los demás", sostuvo Pete Wishart, del Partido Nacionalista Escocés (SNP).

"Por supuesto, Pete, siento mucho el dolor y la angustia que ha pasado tanta gente en este país. Hay personas en este Gobierno, en todos los niveles, que han pasado exactamente por las mismas privaciones y, por supuesto, todos lo entendemos", respondió Johnson.

Programa de rastreo de contagios

El ministro de Salud británico, Matt Hancock, ha anunciado que el programa de rastreo de contagios en el Reino Unido se pondrá en marcha mañana, antes de que el 1 de junio comiencen a reabrir algunas escuelas de primaria en Inglaterra.

Las personas de cualquier edad que desarrollen síntomas de la covid-19 deberán contactar con el servicio público de salud para solicitar un test.

En caso de dar positivo, serán entrevistadas para detectar a otros individuos que hayan estado en contacto con ellas.

Las autoridades sanitarias se pondrán entonces en contacto con los posibles infectados y les pedirán que se confinen en sus domicilios para tratar de cortar la cadena de transmisión del coronavirus.

"Esto puede incluir miembros del mismo hogar o bien alguien con quien se haya estado a una distancia de dos metros durante más de quince minutos", detalló en una rueda de prensa Dido Harding, directiva del servicio sanitario a cargo del sistema de rastreo de contagios.

El Ejecutivo ha contratado al menos a 24.000 personas para llevar a cabo ese trabajo de seguimiento del virus.

Aunque el Gobierno esperaba tener lista para principios de mayo una aplicación para teléfonos móviles que pudiera detectar la cercanía con posibles infectados, por ahora ese software no está listo. 

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