La ciudad china de Jilin toma medidas ante el riesgo de que se propague un rebrote
"El brote actual es tan complejo como serio, porque existe riesgo de que se propague", justificó la teniente de alcalde de Jilin.
Los rescoldos de la epidemia continúan al rojo vivo en China. El gigante asiático ha retomado la normalidad casi por completo, pero el proceso puede revertirse en cualquier momento. Se ha demostrado en ciudades como Harbin o Suifenhe, y este miércoles en la localidad nororiental de Shulan, administrada por la ciudad de Jilin. La infección de 22 personas, siete de ellas detectadas en la última jornada y todas relacionadas de alguna manera con la empleada de una lavandería, ha provocado que el Gobierno reintroduzca once medidas que parecían ya desterradas para prevenir la propagación.
Destacan la suspensión de las operaciones de trenes y autobuses interurbanos, el cierre de los centros educativos y de ocio, y la prohibición de congregaciones de personas al aire libre. Además, las farmacias no pueden vender antipiréticos, antibióticos y antivirales, y las clínicas deben remitir a todos los pacientes con fiebre a los hospitales designados para el tratamiento de Covid-19. Algunos vecindarios también pueden ser confinados de nuevo, mientras las autoridades han rastreado a más de 2.500 personas que han podido tener contacto con las personas infectadas para ponerlas bajo observación, mientras que 367 han acabado de nuevo en cuarentena.
Los restaurantes pueden continuar abiertos, pero deben respetar un metro de distancia social y limitar a tres el número de comensales por mesa. Finalmente, cualquier persona que quiera salir de la ciudad, con un millón y medio de habitantes, debe proporcionar un test de ácido nucleico negativo realizado en los dos últimos días. "El brote actual es tan complejo como serio, porque existe riesgo de que se propague", justificó este miércoles en una rueda de prensa la teniente de alcalde de Jilin, Gai Dongping.
Las autoridades confían en contener el foco rápidamente, pero también advierten de que la nueva normalidad estará marcada por este tipo de rebrotes. "El trabajo para contener y prevenir la epidemia ha pasado de una respuesta de emergencia a tener que lidiar con una realidad constante. Esto no quiere decir que las medidas de contención se puedan relajar o que podamos tomarnos un respiro. Prevenir brotes siendo la mayor prioridad y prerrequisito indispensable para continuar avanzando hacia el restablecimiento del orden social", explicó en Pekín He Qinghua, un inspector del Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades de la Comisión Nacional de Sanidad. De momento, Jilin descarta realizar tests masivos como ha ordenado Wuhan.
