Merkel pone orden en casa

La canciller avisa que se volverá al confinamiento si aumentan los contagios y convoca hoy a sus 16 Estados ante sus prisas por la desescalada.

La canciller Angela Merkel el pasado jueves en Berlín.
La canciller Angela Merkel el pasado jueves en Berlín.
SEAN GALLUP/EFE

La presión popular y de muchos sectores empresariales para aliviar las restricciones dictadas en Alemania con el fin de combatir el coronavirus está conduciendo a una carrera entre los distintos Estados federados germanos a la hora de reducir las medidas preventivas. Varias regiones han decidido actuar por su cuenta sin esperar a la reunión por videoconferencia que mantendrán este miércoles la canciller federal, Angela Merkel, y los primeros ministros de los 16 Estados federados para coordinar sus políticas.

La gastronomía se encuentra entre los primeros beneficiados, sobre todo en el norte del país. El septentrional territorio de Mecklemburgo-Antepomerania será el primero en abrir este sábado sus restaurantes y bares al público tras semanas de cierre para evitar contagios con el agresivo virus.

La primera ministra de la región al borde del Báltico, Manuela Schwesig, anunció además que el 18 de este mes abrirán los hoteles, pensiones y viviendas vacacionales para el turismo nacional. Una semana después, el 25, podrán disfrutar también visitantes extranjeros de la oferta turística en la región alemana menos afectada por el virus Sars-Covid-19. El titular de Economía de este Estado, Harry Glawe, subrayó que para respetar la distancia de seguridad entre las personas solo estará permitido a la hostelería ofertar el 60% de sus capacidades en camas. Schwesig señaló que en las últimas dos semanas solo se han producido cuatro casos de contagio por coronavirus en Mecklemburgo-Antepomerania y que desde principios de marzo solo se han registrado 702 infecciones.

Anteriormente, Baja Sajonia había comunicado que autorizará el lunes próximo la apertura de los locales gastronómicos, aunque con las capacidades en interiores y terrazas reducidas al 50%. El Gobierno de Hanover permitirá desde esa fecha también el alquiler de viviendas vacacionales, sobre todo en sus zonas turísticas en el mar del Norte.

Igualmente el Gobierno del sureño Estado de Baviera comunicó este lunes que los 'biergarten', los grandes locales exteriores para tomar cerveza, podrán abrir sus puertas a partir del día 18. Poco después se pondrán en marcha los locales gastronómicos, aunque con el número de mesas reducido.

A su vez Berlín, aunque sin marcar fechas, anunció la concesión inminente de permisos para la apertura de restaurantes. El alcalde-gobernador de la capital alemana, Michael Müller, dio a entender que será seguramente la semana próxima. "No tiene que ser precisamente el lunes que viene, pero quizás en el curso de la semana", dijo el político socialdemócrata, quien reconoció que debe haber novedades en ese sector lo antes posible y que la capital alemana no debe desligarse del resto de las regiones a la hora de relajar las restricciones en la gastronomía y la hostelería.

Sin embargo hay polémica entre los distintos Estados por la falta de coordinación y las decisiones unilaterales. Kristina Vogt, senadora de Economía de la ciudad-estado de Bremen, una isla autónoma en la región de Baja Sajonia, criticó la inesperada y rápida decisión de sus vecinos. Vogt calificó de poco maduro el concepto de las autoridades de Hanover, que permitirán abrir a restaurantes y locales de comidas, pero no a bares, aunque muchos de ellos sirven también menús a sus clientes. La senadora, que antes de dedicarse a la política trabajó en la gastronomía, advirtió de que esa decisión tiene carácter discriminatorio y dará lugar a denuncias por parte de los propietarios de locales a los que no se les autorice a abrir aún.

Cierre de locales

Entre tanto, la canciller federal, Angela Merkel, quiere vincular el alivio de las restricciones a una cifra máxima de nuevos contagios por coronavirus, que de verse superada obligaría a retornar a las medidas más severas en las regiones afectadas, según fuentes gubernamentales. La iniciativa ha sido transmitida antes de la reunión de hoy a los Gobiernos de los distintos Estados federados por el ministro de la Cancillería, Helge Braun.

Este exige que si en un distrito administrativo se registran en un plazo de una semana más de 35 nuevas infecciones con el virus SARS-CoV-2 por cada 100.000 habitantes, la zona deberá retornar al nivel de restricciones previo al 20 de abril. Única excepción serían contagios masivos en asilos de ancianos u otro tipo de residencias para enfermos o terapias.

Eso significaría el cierre de nuevo e inmediato de escuelas y colegios, peluquerías y comercios, así como la reactivación de la orden de permanecer en los hogares y de limitar los contactos. La jefa del Gobierno alemán advirtió ese 20 de abril que si volvía a producirse "un aumento exponencial de las cifras de infecciones" resultaría «inevitable» un retorno a las medidas restrictivas más severas para combatir la epidemia.

Una opinión que comparte con el primer ministro bávaro, Markus Söder, quien, sin embargo, expresó este lunes su comprensión hacia territorios como Mecklemburgo-Antepomerania, que al verse castigados en menor medida por la pandemia pueden avanzar con más rapidez en el alivio de las restricciones.

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