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Hong Kong traslada la ira a las urnas

Las elecciones con mayor participación en la historia de la excolonia británica dan una gran mayoría a los demócratas y castigan al Gobierno.

Colas elecciones municipales en Hong Kong noviembre 2019.
Las elecciones municipales en Hong Kong han alcanzado este domingo la mayor participación en su historia, un 71,2%, y han sido habituales las largas filas.
Reuters/Athit Perawongmetha

Hong Kong quiere democracia. Es un hecho incontestable que quedó patente este domingo durante las elecciones municipales, en las que se registró la mayor participación de la historia de la excolonia británica: a las 15.30 se había superado ya el 47% de los anteriores comicios, celebrados en 2015, y al cierre de los colegios electorales, a las 22.30, había votado un 71,2% de los más de cuatro millones de personas llamadas a elegir a los 452 representantes de distrito del centro financiero.

"Por primera vez, los partidos prodemocracia hemos presentado candidatos en todas las circunscripciones para evitar que los partidos prochinos se asignen los puestos sin competir", explicó Owen Li, candidato ganador en uno de los distritos de Mongkok. "Estas elecciones son mucho más que una votación para mejorar el barrio: son un referéndum para comprobar cuál es el apoyo social de las protestas y para castigar al Gobierno", añadió el joven político, que es estudiante en la asediada Universidad Politécnica y que aboga por el derecho de autodeterminación.

Sin duda, los resultados refrendaron en las urnas la ira de las calles. Los candidatos demócratas cosecharon una victoria aplastante, sin precedentes. No solo por el número de circunscripciones en las que ganaron frente a los partidos pro 'status quo', sino por las victorias simbólicas que cosecharon. Por ejemplo, Junius Ho, uno de los políticos chinos más odiados por los manifestantes, fue vencido en el barrio de Tuen Mun, algo que se celebró por toda la ciudad.

"Estas elecciones son un referéndum para comprobar cuál es el apoyo social de las protestas y para castigar al Gobierno"

Afortunadamente, la de este domingo fue una de las pocas jornadas pacíficas de las que Hong Kong ha disfrutado en los últimos meses. Aunque todavía quedaban algunos estudiantes atrincherados en la Politécnica, la calma fue general y no hubo incidentes relevantes. No obstante, algunos sí que señalaron lo sospechoso que resultó el trajín de autobuses procedentes de la vecina Shenzhen -en la China continental- que transportaban votantes -algunos de los cuales recibían bolsas- hasta los colegios electorales.

"Pueden ser ciudadanos de Hong Kong que residen allí. En cualquier caso, espero que se hayan cumplido los requisitos necesarios para que las elecciones hayan sido limpias", restó importancia otra candidata demócrata, Cathy Yau, que trabajó como agente de policía hasta que comenzaron las protestas y vio con indignación la brutalidad de sus compañeros. "Mi intención es lograr que se cumpla una de las demandas de los manifestantes: que se lleve a cabo una investigación independiente sobre la actuación policial", comentó.

"Cajas extrañas"

En el extremo opuesto se encontraba Tse Wai Chun, uno de los pocos candidatos del partido gubernamental DAB que logró salir victorioso y que se mostró preocupado por una anomalía muy diferente. "Muchos candidatos pro status quo hemos sufrido violencia y tenemos miedo", afirmó señalando la cámara corporal que llevaba en el pecho para grabar cualquier cosa que pudiera sucederle. "Los comercios y las personas que antes mostraban públicamente su apoyo a un candidato ya no lo hacen por miedo, y nos ha costado mucho encontrar voluntarios. No sé si así se pueden considerar unas elecciones limpias", criticó.

"Muchos candidatos pro status quo hemos sufrido violencia y tenemos miedo"

Todas estas sospechas provocaron momentos de tensión durante el recuento, que concluyó bien entrada la madrugada. Se permitió el acceso de la prensa y de un número limitado de ciudadanos, algunos de los cuales siguieron todo el proceso incluso con prismáticos para confirmar que las papeletas iban al cajón adecuado. "Se ha visto a policías llevando cajas extrañas a colegios electorales. Nadie se fía", comentó uno apellidado Law. Los responsables de los colegios electorales también añadieron los votos de los cientos de arrestados durante las manifestaciones, que llegaron en sobres amarillos y recibieron especial atención.

En cualquier caso, ahora lo que a todos tiene en vilo es saber qué sucederá tras la publicación de los resultados definitivos. Pero pocos creen que servirán para acabar con la violencia. "El Gobierno debe tomar nota y actuar en consecuencia", sentencia Yau. "Hemos aprendido la lección y el Gobierno escuchará más a los ciudadanos, pero el caos debe concluir", respondió Tse. "Solo pararemos de luchar cuando se alcance un sistema democrático pleno para elegir al jefe del Ejecutivo -que ahora viene determinado por un comité de 1.200 personas-, en el que haya sufragio universal y cualquiera pueda presentarse candidato, sin el veto de China", apostilló un triunfante Li, al que sus seguidores recibieron coreando algunas de las consignas de las protestas. El joven confía en que este apoyo se traslade también a las elecciones para el parlamento autonómico que se celebrarán el año que viene.

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