Una opositora toma el mando interino de Bolivia para suceder a Evo Morales

La senadora Jeanine Áñez asegura que el expresidente, que desde el martes está asilado en México, se marchó "porque no se atrevía a responderle al país".

Jeanine Áñez se dirige a sus seguidores desde el balcón del palacio presidencial de La Paz.
Jeanine Áñez se dirige a sus seguidores desde el balcón del palacio presidencial de La Paz.
LUISA GONZALEZ/Reuters

La senadora opositora Jeanine Áñez es desde este martes presidenta interina de Bolivia, dos días después de la renuncia de Evo Morales, quien denuncia desde el exilio en México una "autoproclamación" golpista. Desde Twitter, el que fuera el presidente con más tiempo en el poder en la historia de Bolivia clamaba que su país "sufre un asalto al poder".

Jeanine Áñez llega al poder de forma provisional en un país convulso, con los militares en las calles, ocho muertos y cerca de quinientos heridos desde las fallidas elecciones del 20 de octubre, en una de las peores crisis de la historia reciente de Bolivia.

Áñez llegó a La Paz desde la región amazónica de Beni como la única salida al vacío de poder dejado por la renuncia de Morales el domingo, que sumió al país en el caos hasta el punto de que tuvo que salir el ejército a la calle en apoyo de una Policía desbordada.

Ni siquiera estaba claro que el Parlamento boliviano pudiera reunirse, máxime teniendo en cuenta la mayoría de dos tercios del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales.

Pero esta abogada de 52 años activó el mecanismo sucesorio que dejó roto el oficialismo, puesto que con Morales habían renunciado todos los que constitucionalmente podían sucederle. De ser segunda vicepresidenta del Senado pasó a presidir la Cámara y así acceder a la vía sucesoria. La Constitución que Evo Morales promulgó en 2009 establece que el presidente del Senado es el segundo en la línea de sucesión, tras el vicepresidente del país.

En una entrevista con CNN en Español, la primera que ofrece tras asumir la presidencia, Jeanine Áñez afirmó que Evo Morales, ahora en calidad de asilado en México, "se fue porque no se atrevía" a responderle al país.

"El presidente Morales se fue porque quiso, porque no se atrevía a responderle al país, ese fue un acto cobarde (...) ahora está en México queriendo verse como una víctima y queriendo engañar al mundo entero diciendo que lo que hubo en Bolivia fue un golpe", afirmó Áñez. y a la denuncia de Morales de que ha tenido lugar "el golpe más artero y nefasto de la historia", contestó que todo eso es "tan falso como falsas fueron las elecciones" del 20 de octubre, de las que resultó ganador el expresidente entre denuncias de fraude.

¿Fin del vacío de poder?

La parlamentaria, que lleva en política desde 2010, pertenece a Unión Demócrata, un partido con solo nueve de los 36 senadores, pero en pocos minutos se presentó en la Asamblea, que aglutina a Senado y Congreso, y sin apenas capacidad de reacción se hizo de forma interina con la jefatura de Estado. La mayoría oficialista del MAS estaba ausente, pero en cuanto vuelva al Parlamento, tendrá en frente una presidenta en minoría.

Bolivia volvía a tener una presidenta por primera vez en casi cuarenta años, avalada rápidamente por el Tribunal Constitucional del país frente la voces del oficialismo denunciando una autoproclamación ilegítima.

El Constitucional emitió un comunicado explicando que aunque Áñez no tuviera el quórum necesario en el Parlamento, está respaldada por una interpretación del texto constitucional para casos de vacío de poder.

Ocho muertos en una violencia incontrolada

Mientras unos la vitoreaban bajo el balcón en la céntrica plaza Murillo de La Paz, sede de la presidencia, cerca se escuchaba cómo la Policía dispersaba con gases a los incondicionales del líder indígena. Muchos habían llegado a la carrera al centro de La Paz enarbolando la whipala, la bandera multicolor de los indígenas, al grito de "ahora sí, guerra civil".

La violencia suma en las últimas horas nuevos muertos en estos 23 días de enfrentamientos entre quienes siempre defenderán a Morales y quienes querían impedir que se perpetuara en el poder convirtiendo a Bolivia en una especie de Venezuela.

La incertidumbre ahora está en que la mayoría oficialista no acepte su renuncia y Bolivia tenga un presidente en el exilio y una presidenta provisional en La Paz.

En La Paz la tensión aún se siente, con calles casi desiertas, sin apenas transporte, con el comercio cerrado, sus escaparates blindados, mientras que en la oriental Santa Cruz se desató una fiesta tras conocerse que Áñez asumió la presidencia interina.

Son al menos ocho muertos y 476 heridos, algunos de bala, en una crisis que aparentemente aún no ha llegado a su final.

La llegada al poder de la segunda mujer en la historia de Bolivia, tras Lidia Gueiler entre 1979 a 1980, "se consuma sobre la sangre de hermanos asesinados por fuerzas policiales y militares usadas para el golpe", fue el epitafio del asilado Morales.

Reconocimientos internacionales

Tras conocerse la llegada al poder en Bolivia de forma interina de Jeanine Áñez, varios países se han apresurado a reconocer a la senadora opositora como legítima presidenta. Así, el autoproclamado "presidente encargado" de Venezuela, Juan Guaidó, ha expresado que su llegada es una "inspiración" para Caracas. "Desde el Gobierno legítimo de Venezuela reconocemos a Jeanine Áñez como presidenta interina de Bolivia en su misión de guiar una transición constitucional hacia una elección presidencial", ha manifestado el también presidente de la Asamblea Nacional venezolana -controlada por la oposición-.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores brasileño, Ernesto Araújo, ha anunciado que "la presidencia estaba vacía y ella asumió la jefatura del Senado, que también estaba vacía, y asumió constitucionalmente la presidencia. Así que esta es nuestra percepción de que se está siguiendo la Constitución boliviana".

El Gobierno de EE. UU. también ha reconocido a Áñez como presidenta interina de Bolivia, declaró en Twitter el encargado de Latinoamérica en el Departamento de Estado, Michael Kozak. "Esperamos con interés -añadió- trabajar con ella y otras autoridades civiles del país mientras organizan elecciones libres y justas lo antes posible de acuerdo con la Constitución".

Washington ha apoyado la salida del poder de Morales y este martes el embajador estadounidense ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo, consideró "ridículo" que se hable de golpe de Estado en Bolivia al liderar una quincena de países de la región que pidieron pasar página.

"Si alguna vez hubo una amenaza para la democracia, esa era la del Gobierno liderado por el ya expresidente Morales", apostilló.

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