Cuando los bomberos de la localidad germana de Hattinger (Rennania del Norte-Westfalia) se dirigieron a actuar ante una fuga de monóxido de carbono en un local, no se podían imaginar lo vieron. El escenario en cuestión era un club swinger (un lugar adonde se acude para realizar intercambios sexuales, muy de moda), que en esos momentos tenía a 350 personas en una orgiástica reunión.

El espectáculo fue aún de lo más curioso: decenas de personas desnudas -algunas inconscientes- estaban desparramadas por todo el establecimiento. Desbordados por la situación, pidieron refuerzos de inmediato. Según el periódico local 'Bild', 160 bomberos participaron del operativo.

La investigación llevada a cabo por la policía de Hattingen indica que, en un momento de la noche y por motivos que se desconocen, saltó la alarma de monóxido de carbono. Sin embargo, el volumen de la música y que todos los presentes estaban muy 'concentrados' en sus menesteres, hizo que nadie la escuchara. Hasta que empezaron los desmayos. Cuando acudieron los bomberos al lugar se encontraron con muchas personas saliendo del local en ropa interior, otros con batas y algunas ya inconscientes tendidas en el suelo.

Según informa el diario 'Bild', al menos once personas tuvieron que ser hospitalizadas. El periódico infofma de que este club de swingers solo tiene licencia para un aforo máximo de 199 clientes y los bomberos aseguraron que rescataron a unas 350 personas.

Una vez que todo volvió a la normalidad, se permitió a los miembros del club ingresar en busca de sus pertenencias, pero "la fiesta no continuó".

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