La oposición chilena planta a Piñera en plena convulsión social

Las protestas obligan a decretar un nuevo toque de queda en varias ciudades del país

Manifestantes protestan este martes, en las calles aledañas a la céntrica Plaza Italia, en Santiago
Manifestantes protestan este martes, en las calles aledañas a la céntrica plaza Italia, en Santiago
Alberto Valdés/EFE

Menos de la mitad de los partidos de oposición asistió este martes a la cita con el presidente de Chile, Sebastián Piñera, para avanzar hacia un acuerdo que permita poner fin al estallido social desatado desde el viernes pasado y que deja ya un saldo de 15 muertos en saqueos, incendios y choques con policías y militares. De hecho, se mantiene el toque de queda en las regiones más convulsionadas, aunque la medida abarca a ciudades de todo el país, y representa el cuarto toque consecutivo en Santiago, Valparaíso y Concepción.

En un intento por enmendar su discurso inflamado de la víspera, Piñera brindó una nueva alocución en la noche del martes llamando a los titulares de los partidos de oposición a explorar un acuerdo social. También adelantó que el Gobierno trabajaba en medidas para mejorar las pensiones, el acceso a la salud y la rebaja del precio de los medicamentos.

No obstante, tres partidos de oposición acudieron pero, al menos, otros cuatro plantaron al presidente. Con distintos argumentos, el Partido Socialista, el comunista y agrupaciones que integran el izquierdista Frente Amplio se ausentaron de la reunión. Referentes del Frente consideraron «inaudito» que el presidente los convoque a un almuerzo en La Moneda en medio de los graves disturbios.

El discurso más calmado de Piñera contrastó con el contenido de un audio privado de su esposa, la primera dama Cecilia Morel. «Estamos absolutamente sobrepasados», confesó. «Esto es como una invasión extranjera, alienígena, y no tenemos herramientas para combatirla». No obstante, ella misma llamó a mantener la cabeza fría porque «lo que viene es muy, muy grave».

Saqueos acordados

La primera dama reveló que «la estrategia es romper toda la cadena de abastecimiento, incluso en algunas zonas el agua, las farmacias». «Intentaron quemar un hospital e intentaron tomar el aeropuerto», alertó sin precisar a quiénes se refería. La esposa del presidente, que tiene la quinta mayor fortuna de Chile según Forbes, anticipó a sus amigas que «vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás». Más tarde, Cecilia Morel aclaró que hablaba en su nombre, no en el del Gobierno.

Según el subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla, desde que comenzó la revuelta por el alza de las tarifas del metro de Santiago hubo 15 fallecidos. Sin embargo, los hechos graves de violencia bajaron de 350 a 225 en el último día, remarcó. Y subió a 2.643 el número de detenidos. En cuanto al blanco de la violencia, pasó de las estaciones de metro a los supermercados y de allí a las oficinas de servicios públicos principalmente, indicó Ubilla.

Pero aunque menor medida que el lunes, los incendios y saqueos continuaron el martes. A su vez, en diversas ciudades los carabineros (policías) 'acordaban' con los manifestantes la entrada a comercios para saquearlos a la condición de que no prendieran fuego al local.

También las marchas de protesta -42 en todo el país el lunes- se repitieron, pero en menor número. Las más concurridas se registraron en Santiago, Concepción, Rancagua, Viña del Mar y Valparaíso y, si bien fueron en general pacíficas y multitudinarias, hubo momentos en que la muchedumbre era rociada con agua desde tanquetas de los carabineros ante posibles amagos de revuelta.

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