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Los militares salen a las calles para controlar los disturbios en Chile

Las protestas por un aumento en las tarifas de transporte derivaron en graves altercados, que obligaron al presidente a decretar el estado de emergencia en la capital.

Manifestación en Chile.
Manifestación en Chile.
Efe

Como en sus años más oscuros, Santiago, la capital de Chile, amaneció este sábado en "estado de emergencia" y militarizada para contener los graves incidentes que se produjeron el viernes durante una revuelta social por el aumento de la tarifa del transporte. Descontentos por la respuesta represiva, los vecinos se manifestaron este sábado con caceroladas y hubo nuevos enfrentamientos con la policía y detenciones. El presidente, Sebastián Piñera, prometió medidas de alivio, pero mientras tanto el metro no funciona, se han suspendido los partidos de primera división de fútbol y se evalúa suspender las clases a partir del lunes.

El malestar comenzó a evidenciarse el 6 de octubre, cuando se puso en vigor un incremento de la tarifa del metro en horas puntas de 800 a 830 pesos chilenos (de 1 a 1,04 euros). También aumentó de 700 a 710 pesos (de 0,88 a 0,89 euros) el autobús y hubo una subida de precio del billete estudiantil. Desde entonces los estudiantes protestan con llamamientos a saltar las canceladoras sin pagar. El jueves hubo 133 detenidos. Pero en la noche del viernes, tras la ratificación gubernamental de los aumentos de las tarifas, los reclamos derivaron en protestas más violentas aún.

Al menos 41 estaciones de metro fueron incendiadas o destrozadas, algunas por completo. Los manifestantes arrojaron objetos contundentes a las vías provocando incendios. Los activistas atacaron además autobuses y coches policiales. A medianoche un grupo desconocido prendió fuego al edificio de ENEL, sede de la empresa italiana que abastece de energía eléctrica a la capital. El inmueble pudo ser evacuado y se quemó por completo. Hubo saqueos a comercios y los agentes detuvieron a 308 personas.

Fue entonces cuando Piñera declaró el "estado de emergencia". En su mensaje, el presidente calificó a los manifestantes de "vándalos" y "delincuentes" y decretó la emergencia para Santiago y el área metropolitana. Como indica la Constitución para esos casos, nombró a un Jefe de Defensa Nacional, el general Javier Iturraga del Campo, para "asegurar el orden público y la tranquilidad de los habitantes". Enseguida, se dispuso un operativo con 500 uniformados que patrullaron las calles, un movimiento que evocó el sangriento período dictatorial (1973-1990).

Con las primeras luces de la mañana de este sábado, Iturraga declaró que la ciudad se veía "en calma". Pero tras su anuncio comenzaron a arreciar fuertes caceroladas y bocinazos en todos los barrios de la ciudad. Amparándose en el decreto de emergencia, los policías reprimieron a los manifestantes con gases lacrimógenos y camiones lanza agua. Los vecinos respondieron arrojando objetos a la policía, que procedió a nuevas detenciones.

Piñera reiteró este sábado que los desmanes son obra de "delincuentes violentos". No obstante, pareció entender la reacción negativa que se desató a raíz del aumento de las tarifas. Llamó a una reunión urgente del oficialismo legislativo y anunció que su gobierno "está elaborando un plan para aliviar el aumento". A la tarde, las protestas y algunas barricadas se habían extendido a otras ciudades del país en una señal de descontento generalizado con el Ejecutivo. 

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