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Los ganaderos apuntan a la mano criminal en los incendios de la Amazonía

"Creo que el fuego fue criminal porque vino del lado opuesto a mi propiedad. Ellos prendieron fuego desde la carretera y hacia dentro", afirma un agricultor brasileño que solo consiguió salvar el ganado de su propiedad.

Vista de los daños producto del incendio en la Amazonía brasileña, en la zona de Porto Velho.
Vista de los daños producto del incendio en la Amazonía brasileña, en la zona de Porto Velho.
EFE/Joédson Alves

En la hacienda de Helio Lobardo, en el corazón de la Amazonía brasileña, las llamas han arrasado con todo. Este agricultor de 56 años apunta a la mano criminal como origen de estos devastadores fuegos: "Si yo estuviera armado, ellos (los incendiarios) no saldrían vivos", avisa este hombre mientras espera la llegada de los bomberos.

"La producción está en riesgo, pero yo no me voy a quedar aquí apagando el fuego", relató a Efe en tono desgarrador Lobardo, un hacendado dedicado a la ganadería en la zona rural de Porto Velho, la capital de estado de Rondonia y una de las ciudades más afectadas por el humo provocado por los incendios.

Lobardo tiene la convicción de que el origen de los incendios fue premeditado, al menos el que carbonizó su hacienda de un millón de metros cuadrados y con una extensión de 2,5 kilómetros, casi la misma que la famosa playa de Ipanema en Río de Janeiro.

"Creo que el fuego fue criminal porque vino del lado opuesto a mi propiedad. Ellos prendieron fuego desde la carretera y hacia dentro", afirmó el productor pecuario, que prácticamente solo consiguió salvar el ganado de su propiedad al retirarlo hace tres días, justo un día antes de que el fuego llegara a su hacienda.

Para Lobardo, fue "un milagro de Dios" el haber conseguido salvar a sus bueyes.

"Hace dos días que viene quemándose la propiedad. Si (los bueyes) estuvieran aquí, ya no estarían, estarían muertos. El agua de la propiedad se ha secado", señaló.

El hacendado defiende el uso de armas en propiedades privadas rurales, como ha sido establecido en la flexibilización a la tenencia y porte de las mismas promulgada por el nuevo presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y que cobija también a profesionales que necesitan más protección, como abogados y periodistas.

"Si yo estuviera armado, ellos iban a caer. Aquí no volverían vivos, no. Estoy perdiendo mi latifundio", aseveró Lobardo, para quien el uso de las armas "está en la ley, es bíblico, para destruir al enemigo. Y el enemigo es aquel que te causa perjuicios".

En la propiedad de Lobardo, el ganado se salvó, resguardado en una hacienda vecina, pero los árboles de cultivo para su consumo fueron destruidos. "Todos se quemaron", constató el hacendado, vecino de propiedades donde se explota madera de forma ilegal en la región.

La finca de Lobardo está a 150 kilómetros de Porto Velho, en el epicentro de los fuegos. Para acceder a esta remota zona, es necesario atravesar la Hidroeléctrica de Samuel, con 57 kilómetros de extensión. Eso ha dificultado que los bomberos y los efectivos del Ejército y la Fuerza Nacional de Seguridad Pública (FNSP), un grupo de policías de élite de diferentes estados desplazados para la Amazonía, hayan pasado por su propiedad.

La imagen de la Amazonía en llamas se ha convertido en el centro de las atenciones mundiales después de que una serie de incendios pusieran al descubierto la creciente deforestación en el mayor bosque tropical del mundo.

El presidente brasileño ha sido criticado por las potencias europeas por su laxitud en la protección del medio ambiente. Pero el mandatario brasileño, que ha entrando en choque dialéctico con su homólogo francés, Emmanuel Macron, ha acusado a Europa de "exagerar" el alcance de los fuegos y de tener intereses ocultos en la Amazonía, que alberga el 20% de las reservas de agua dulce del mundo.

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