Tsipras pide la disolución del Parlamento y elecciones el 7 de julio en Grecia

Lo hace ya que opina que, tras los resultados del pasado 26 de mayo, los próximos meses se habrían convertido en una campaña electoral constante.

Greek Prime Minister Alexis Tsipras leaves the Presidential Palace following a meeting with Greek President Prokopis Pavlopoulos (not pictured), to discuss snap elections in Athens, Greece, June 10, 2019. REUTERS/Alkis Konstantinidis [[[REUTERS VOCENTO]]] GREECE-ELECTION/PM-PRESIDENT
El primer ministro griego, Alexis Tsipras.
Reuters

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, solicitó este lunes al presidente del país, Prokopis Pavlópulos, la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas el 7 de julio, como colofón de la derrota sufrida por su partido Syriza en los comicios europeos y locales del pasado 26 de mayo.

Tsipras recordó, al ser recibido por Pavlópulos, que las votaciones estaban previstas para finales de septiembre, pero que, vistos los resultados de mayo, los próximos cuatro meses se habrían convertido en una campaña electoral constante, algo perjudicial para la economía y que hubiera puesto en peligro los sacrificios del pueblo griego.

"Por ese motivo le pido, asumiendo toda mi responsabilidad, que disuelva el Parlamento y convoque elecciones para renovar el mandato popular", añadió.

En los comicios, la izquierdista Syriza quedó nueve puntos y medio por detrás de la conservadora Nueva Democracia, una diferencia sin precedentes en este país.

Según los resultados de una primera encuesta realizada tras las elecciones de mayo, a día de hoy Nueva Democracia logra incluso aumentar en diez puntos la ventaja sobre Syriza.

Y lo que es más dramático: tan solo un uno por ciento de los entrevistados ve posible una victoria de la formación izquierdista, lo que empeora las cartas para Syriza, habida cuenta del tirón que tiene siempre el partido por el que apuesta una mayoría.

Pese a todo, Tsipras se ha mostrado convencido de poder revertir las cifras si el partido logra comunicar mejor que hace cuatro años se hizo cargo de un país en "crisis humanitaria" y que desde entonces ha logrado mejorar sensiblemente la situación.

El programa de Gobierno que presentó esta tarde para una hipotética victoria incluye el compromiso de crear medio millón de empleos en los próximos cuatro años y un nuevo aumento del salario mínimo.

Además, promete un sistema tributario más justo (en la legislatura que termina el principal peso recayó en la clase media), una Administración más eficiente y una mayor atención a la protección del medio ambiente.

"Grecia ya no es un país en quiebra, ya no está bajo un programa de rescate. Es un país cuya gente ha recuperado el derecho a la esperanza", dijo Tsipras, quien compartió la presentación del programa con varios miembros de su Gobierno, un programa que, recalcó, "será aprobado por el pueblo y no por la troika".

Después de años cumpliendo a rajatabla las imposiciones de las instituciones acreedoras y tras el fin del tercer programa de rescate en septiembre pasado, Tsipras comenzó a aplicar un programa de Gobierno más de izquierdas.

Uno de los primeros pasos que dio fue aumentar el salario mínimo de 586 a 650 euros y restaurar la negociación colectiva.

En los últimos meses, el Ejecutivo de Syriza dio algunos pasos más para aupar a una población exhausta, tras ocho años de continuos recortes.

A finales de 2018 revocó la enésima bajada de las pensiones, pactada con los acreedores para 2019, y la semana pasada anuló otro de los compromisos firmados con las instituciones, la reducción a partir de 2020 del mínimo exento de tributación, dos medidas que no han gustado en Bruselas.

Una de las últimas iniciativas con las que Tsipras esperaba volver a conseguir el apoyo popular fue recuperar la decimotercera paga de los jubilados y reducir el IVA -del 24 % al 13 %- en la restauración y en una serie de productos de supermercado.

A pesar de todo, el pueblo le dio la espalda en las elecciones y más de 600.000 ciudadanos que le habían votado en 2015 no acudieron a las urnas u optaron por otros partidos, incluida Nueva Democracia, que logró atraer al 11 % de los votantes de Syriza.

Mientras, el líder de Nueva Democracia, Kyriakos Mitsotakis, ha dejado atrás el tono extremadamente beligerante de la reciente campaña, y, convencido de su próxima victoria, ha adoptado un lenguaje de estadista.

En su recorrido por Grecia estos días, no se ha cansado de repetir que gobernará para todos los griegos y que ha llegado la hora de afrontar el futuro con optimismo.

Mitsotakis ha prometido que bajará los impuestos, con énfasis en la clase media y los autónomos, los perdedores de la era de Tsipras, y que su Gobierno hará todo lo posible por recuperar a los jóvenes licenciados que tuvieron que marcharse del país en busca de un porvenir mejor.

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