Preocupación y fractura social ante el auge del líder ultra Bolsonaro en Brasil

Jair Bolsonaro es el gran favorito para ganar este domingo la segunda vuelta electoral, pese a su discurso homofóbico, racista, machista y xenófobo

Jair Bolsonaro, candidato ultraderechista a las elecciones de Brasil.
Jair Bolsonaro, candidato ultraderechista a las elecciones de Brasil.
Ricardo Moraes/Reuters

Jair Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército con guiños autoritarios, llega como favorito este domingo a la segunda vuelta de las elecciones en Brasil tras una campaña realizada mayoritariamente en las redes sociales y en medio de un país polarizado. El ultraderechista se impuso en la primera ronda con un 46% de los votos y cuenta con un 56% de intención para este domingo. Su rival, el socialista Fernando Haddad, obtuvo el 29% de los sufragios y tiene el 44% del favor popular tras una remontada en los últimos días de campaña.

Bolsonaro, de 63 años y con casi 30 de carrera política, acumula un extenso historial de declaraciones de tinte machista, racista, homofóbico y xenófobo, aunque haya moderado su discurso en las últimas semanas tras ser duramente criticado por adversarios y organismos internacionales, entre ellos Amnistía Internacional, por su discurso “agresivo”.

Miles de personas llevan semanas ocupando las calles del país para protestar en su contra bajo gritos de “él no”, una consigna que tomó forma a partir de la movilización de distintos grupos sociales, a los que Bolsonaro calificó como “radicales”.

Otros tantos miles también han salido a las calles para expresar su rechazo al Partido de los Trabajadores que lidera Haddad y ensalzar al ultraderechista, líder del Partido Social Liberal (PSL). Los manifestantes se unieron bajo la misma premisa: “PT no, para que Brasil no se convierta en una Venezuela”, un discurso explotado por el propio candidato en su campaña.

En medio de las elecciones más polarizadas desde que Brasil retomó su democracia, muchos electores ven en él la única vía contra la corrupción que llevó al gigante sudamericano a una dura crisis económica y social, que salpicó a los principales partidos políticos y condujo a la cárcel al expresidente Luiz Inácio 'Lula' da Silva, líder del PT.

Otros fueron atraídos por el discurso bélico de este admirador de Donald Trump y defensor de la flexibilización en la tenencia de armas, la reducción de la edad penal y la no investigación de policías en caso de que maten en acto de servicio.

Las alarmas están sonando dentro y fuera del país porque son muchos los que no auguran nada bueno tras una victoria del ultraderechista. Según el presidente de la Comisión Pastoral de la Tierra, el obispo André de Witte, su presidencia sería "desastrosa" para Brasil y para el mundo. "Si Bolsonaro vence, nosotros esperamos que no, pero si él vence, va tener una repercusión drástica y desastrosa para muchas cosas, para las personas y para la sociedad como un todo y para la sociedad en el mundo", afirmó De Witte, obispo de Ruy Barbosa, ciudad en el estado de Bahía, situado en el empobrecido nordeste de Brasil.

"Fisura" en América Latina

Desde Estados Unidos, Steve Bannon, el ex asesor político del presidente estadounidense, ha expresado su apoyo al líder ultraderechista. "El capitán Bolsonaro es un patriota brasileño y creo que un gran líder para su país en este momento histórico", ha dicho este viernes.

Para el periodista estadounidense Jon Lee Anderson, biógrafo del Che Guevara, si gana Bolsonaro, Brasil y Venezuela, dos países fronterizos, van a estar dirigidos por gobiernos ideológicamente enfrentados, y eso, a su juicio, abrirá “una fisura” en América Latina “como no se ha visto nunca”. “Temo que estalle la violencia”, asegura.

Y es que la propaganda de la ultraderecha ha alertado a diario de que el país “no puede ser obligado a seguir el camino de Venezuela o de Cuba”, y, desde la otra acera, la de Haddad presentó testimonios de personas que fueron torturadas durante la dictadura que gobernó en Brasil entre 1964 y 1985 y que el candidato del PSL tiene como modelo.

En Latinoamérica siguen con cautela el ascenso del ultraderechista en las encuestas. Uno de los comentarios más favorables de los gobernantes de la región sobre el candidato provino del presidente chileno Sebastián Piñera, quien apoyó su enfoque para “el desarrollo de Brasil”, aunque dijo discrepar en otros temas con Bolsonaro.

El elogio de Piñera causó polémica en su propio país y contrasta, por ejemplo, con la actitud de la vicepresidenta de Uruguay, Lucía Topolansky, quien dijo que en Brasil hay “casi un retorno a lo dictatorial”.

Pero la actitud general de los países latinoamericanos ha sido de cautela frente al surgimiento de Bolsonaro, que los expertos ven como algo extraordinario en la región.

Desde España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya expresó “su enorme preocupación” tras la victoria del líder ultra en primera vuelta, y aseguró que su agenda “no tiene nada que ver con principios y valores que compartimos con el conjunto de las sociedades, que es la igualdad de género o valores que tienen que ver con la democracia”.

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