Venezuela suma un fuerte terremoto a su profunda crisis

El seísmo de magnitud 7,3 y las potentes réplicas tienen en vilo al país en el primer día laborable tras la implantación de medidas económicas de choque.

La torre de David se inclinó un 25 por ciento en los pisos superiores a causa del seísmo.
Un terremoto de casi 7 grados sacude Venezuela
Reuters

Réplicas cercanas a los 6 grados de magnitud reprodujeron ayer en Venezuela el susto vivido la víspera, cuando un terremoto de 7,3 sacudió gran parte del norte de su territorio. Hubo escenas de pánico, desalojo de edificios y algunos daños materiales, aún en evaluación, que suman una nueva calamidad a la crisis social y económica que vive el país desde hace meses. La sacudida del martes interrumpió la intervención de Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores cuando explicaba a sus seguidores la bondad de sus medidas para acabar con la inestabilidad, a pesar de que están siendo muy cuestionadas por expertos y opositores. El portal económico Bloomberg alertó de que el país petrolero «está al borde del colapso» y compara la crisis humanitaria y migratoria con «niveles que se aproximan a los de Siria».

El movimiento telúrico tuvo su epicentro a 19 kilómetros al sureste del Estado de Sucre y a 400 de Caracas, según la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas. Ante las réplicas, la entidad recomendó «mantener la calma» porque «son normales en Venezuela ya que este es un país sísmico».

Ayer fueron desalojados vecinos y trabajadores de las altas torres residenciales y de oficinas del centro de Caracas y de barrios como La Castellana o Altamira cuando comenzaron las réplicas, la primera a las 9,27 de la mañana hora local y de magnitud 5,7. Veinte minutos después, la tierra volvió a temblar con una intensidad de 4,1.

En la capital, la señal más visible de la vibración terrestre es la peligrosa inclinación del 25% en los últimos cinco pisos de los 45 que tiene el rascacielos inconcluso conocido como la Torre de David. Pese a no estar terminado, allí vivieron en condiciones infrahumanas más de 2.000 familias hasta el año 2014, cuando Maduro ordenó un desalojo que finalizó en mayo de 2015.

El terremoto se sintió también en los Estados de Miranda, Carabobo, Aragua, Zulia, Anzoátegui, Sucre y la isla de Margarita, así como en los países vecinos caribeños de Trinidad y Tobago y Granada. «Estábamos en la casa viendo televisión y de repente todo empezó a sacudirse», dijo Luis Alberto Montenegro, un artista plástico jubilado de 75 años, a la AP. Marlene Figueroa, ama de casa, indicó que «fueron dos, el primero suavecito, el segundo muy fuerte. Pensé que se venían las paredes encima». A pesar de lo aparatoso del seísmo, las autoridades aseguran que no hay muertos ni heridos.

Un desastre natural de grandes proporciones hubiera complicado la precaria situación económica del país petrolero. El oficialismo insiste en que la subida salarial y el resto de las medidas emprendidas esta semana, como la subida del IVA y la devaluación de la moneda de casi el 100%, son para «asegurar» que el sueldo de los trabajadores «llegue para cubrir al menos el costo» de la cesta básica de 25 productos.

«Un Estado fallido»

Pero según Bloomberg, pese a las enormes reservas del país, Venezuela es un «Estado fallido»: con impagados más de 4.000 millones de dólares en bonos (unos 3.450 millones de euros); la economía que decreció el 50% desde 2013, y la hiperinflación llegando al millón por cien, la «crisis solo empeorará». Y además, la emergencia humanitaria «producto de la represión de la población y el pésimo manejo de la economía, continuará expandiéndose».

Más de dos millones de venezolanos han huido de su país buscando asilo. En las últimas semanas son miles los que, en autobuses, coches o caminando, enfilan hacia Colombia, Ecuador, Perú, Brasil y Chile, entre otros países. La avalancha preocupa a sus receptores. Ecuador y Venezuela acordaron instalar una Mesa Técnica de Cooperación y Movilidad humana para analizar el «flujo migratorio inusual».

El Ejecutivo de Lenin Moreno decidió pedir pasaporte a los venezolanos que apuran la entrada desde Ecuador a Perú, país que a partir del próximo sábado también pedirá pasaporte. Además, ha invitado a los cancilleres de Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, México, Perú, Paraguay, Panamá, República Dominicana, Uruguay y Venezuela a un encuentro en Quito el 17 y 18 de septiembre para tratar el éxodo venezolano.

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