Las jóvenes argentinas sabrán esperar

Tras la derrota de la ley de plazos en el Senado, Macri promete una reforma para librar a las mujeres que aborten de la sanción penal, que sí pesará sobre los médicos.

El Senado de Argentina rechaza despenalizar el aborto.
El Senado de Argentina rechaza despenalizar el aborto
Efe

Por 38 votos contra 31, el Senado argentino sepultó ayer las esperanzas de cientos de miles de mujeres movilizadas que reclamaban en las calles de Buenos Aires y de las principales ciudades del país la sanción de una ley que legalice el aborto. La iniciativa había sido aprobada a mediados de junio en la Cámara de Diputados y se debatía desde primera hora de la tarde del miércoles en la Cámara alta. Pero después de una sesión de 16 horas seguida desde afuera por las activistas, el proyecto se estrelló.

Consciente de que la reprobación generó malestar y frustración, el Gobierno de Mauricio Macri -que habilitó el debate pero luego aportó una mayoría de votantes contrarios a la iniciativa- prometió ayer presentar una reforma del Código Penal para liberar de una sanción penal a las mujeres que interrumpan su embarazo. Pero el aborto seguiría estando prohibido para médicos y personal sanitario involucrados en su práctica.

Decididas a no abandonar la pelea, las mujeres organizadas en la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito -responsables del texto del proyecto aprobado en Diputados que habilitaba la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14- ratificaron que volverán a presentar su iniciativa. Incluso celebraron haber estado tan cerca de aprobarlo cuando hasta hace poco tiempo ni siquiera se podía colar la discusión en el Congreso.

En cambio, los grupos que se autodenominan «provida», que convocan principalmente a religiosos y laicos de la Iglesia católica y las confesiones evangélicas, festejaron ayer la ratificación del estatu quo. Desde 1921 en Argentina el aborto está penalizado y sólo se permite en casos de violación de una mujer con sus facultades mentales deterioradas o con un retraso cognitivo, o si peligra la vida de la gestante.

Dispuestas a manifestarse

Así seguirá siendo. Aunque los senadores que votaron a favor de la ley confían en que tarde o temprano la iniciativa derrotada va a prosperar, pues el movimiento de mujeres incorporó a miles de adolescentes y jóvenes feministas muy activas que están dispuestas a manifestarse en las calles durante jornadas largas como las de estos días, pese a la lluvia y las bajas temperaturas.

Mientras los senadores deliberaban, las muchachas coreaban canciones a favor de su derecho a decidir sobre su salud, reclamaban que el aborto se lleve a cabo en hospitales públicos y cantaban contra la Iglesia católica, identificada con la postura de los legisladores que rechazaron la sanción del proyecto normativo. Los manifestantes de grupos «provida» rezaban durante el debate.

Con una frase de Miguel de Unamuno, un senador argentino resumió el sentimiento de los que creen que el triunfo de ayer puede ser la derrota de mañana: «Vencerán pero no convencerán», les advirtió Miguel Pichetto a los colegas que votarían minutos después contra la iniciativa. La votación no llegó hasta las 2.45 de la madrugada (7.45 en España).

El fracaso de la iniciativa generó pena y decepción entre las manifestantes que aguardaban en las calles aun cuando sabían de antemano que no contaban con mayoría. De todos modos, se daban ánimos y cambiaban su consigna. Lo que en las últimas semanas era «Es hoy», en alusión al momento de la sanción, devino en «Será mañana».

Mientras se disolvía la concentración, la Policía lanzó agua sobre unas fogatas para combatir el frío de la noche. Enojados, algunos jóvenes arrojaron piedras contra los agentes y hubo ocho detenidos. Hasta ese momento, los activistas de las distintas posiciones se habían manifestado de manera pacífica a cada uno de los lados del edificio del Congreso.

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