Ideales Obama

Obama realizó la petición a través de su cuenta de Twitter.
Obama en una imagen de archivo
Reuters

Mientras Donald Trump va dando trompicones allí donde comparece, Barack Obama ilumina cuanto toca. Esta semana ha sido en Sudáfrica, en la celebración del centenario del nacimiento de Nelson Mandela, a quien homenajeaba pidiendo estar alerta frente al aumento de la xenofobia, la manipulación de la democracia y los ataques a las libertades. Llamamiento que hacía desde unos valores por los que merece la pena luchar: «Yo creo en la justicia, la igualdad y la libertad, y en una democracia multirracial, en la que todos nacemos iguales y con los mismos derechos».

En similares términos se manifestó en la Cumbre de Innovación tecnológica y economía circular celebrada este mes de julio en Madrid. Allí nos trajo afirmaciones cargadas de ideales, una manera de afrontar la vida casi olvidada que colapsó con la burbuja, y que no parece encontrar nuevos caminos. Escuchándole, se llena de luz un entorno arrastrado por un discurso donde manda el precio sobre el valor, rebosante de pragmatismo y utilitarismo. Mientras, la calidad de la educación o la solidaridad y honestidad integral (más allá de gestos que nos hacen sentir bien), y que exigen el esfuerzo de todos y cada uno, van como pueden: en el furgón de cola.

Obama, un hombre con verdadero halo, dice cosas muy sencillas, pero enormes en cuanto a valores e ideales, desde la convicción de que todo, hasta lo peor, se pueden cambiar y mejorar. Tal y como expresó en la cita de Madrid, los principales problemas a los que se enfrenta el mundo no son de naturaleza técnica sino que tienen que ver con el comportamiento de los humanos.

Desde ese vértice, el 44º presidente norteamericano reivindica con entusiasmo la democracia. «Sus ventajas están muy por encima de sus desventajas; en estos tiempos de manipulación y mentiras, hay que evitar que unos pocos la usen en provecho propio». Obama se ha propuesto convencer a los jóvenes de la conveniencia de participar. Con un provocador «¿dejarías que tu abuela eligiera tu ropa?», invita a dar el paso. «Ve al grupo con el que más te identificas y súmate para que no te elijan tu gobierno», afirma.

Y junto a su defensa de la democracia, la educación. El líder norteamericano señalaba lo rápido que está cambiando el mundo y cómo el reto es saber relacionarse, saber trabajar en equipo y estar dispuesto a aprender constantemente. Si así es en lo individual, en lo colectivo también señalaba algo obvio pero no siempre atendido: invertir en educación e investigación para lograr un mundo mejor. «Restar recursos a la investigación es dar pasos atrás. En algún sitio hay un niño que descubrirá la cura contra el cáncer o una fuente de energía que resuelva los efectos del cambio climático; para que ocurra hace falta inversión», sostiene.

Otro de sus ejes frente a las diatribas de su sucesor: trabajar por un desarrollo sostenible frente al cambio climático. «Podemos discutir sobre las causas o la toma de medidas, pero no sobre su existencia y la necesidad de combatirlo. Ya hay energías alternativas limpias suficientes».

Y en paralelo, recordar la responsabilidad individual. Para apoyar o cambiar gobiernos, pero también la sociedad. Obama recordaba cómo los comportamientos individuales influyen en el devenir de los gobiernos… y de las empresas. Cada vez más, la decisión de compra se está tomando a favor de aquellos que tienen un comportamiento adecuado.

Todo ello expuesto desde el optimismo. Por un lado, mostrando su fe en la humanidad: «La gran mayoría de la gente es decente y solo quiere trabajar y sacar su vida a delante». Por otro, su preferencia por el tiempo presente: «Me gustaría nacer ahora; nunca el mundo ha sido más rico, más sano, mejor educado, y ha vivido con menos conflicto. Es verdad que el progreso nunca está garantizado y puede ser dolorosamente lento, pero nunca ha estado tan bien encaminado».

«Hay que tener paciencia, audacia, perseverancia… y no querer ser perfecto, pero sí hacer las cosas mejor. Las cosas siempre pueden ser mejores». Ser mejores. Un ideal de Obama realmente posible.