El terremoto que sufrió México en septiembre ha sacado a la luz un templo secreto

Se trata de un recinto sagrado y desconocido dentro de la pirámide de Teopanzolco y que estaría dedicado al dios de la lluvia.

Templo descubierto en el interior de la pirámide de Teopanzolco.
El terremoto que sufrió México en septiembre ha sacado a la luz un templo secreto
Efe

El 19 de septiembre del año pasado, la tierra se quebró en México poco después del mediodía. Una sacudida de 7,1 grados con el epicentro situado entre los estados de Morelos y Puebla y que se sintió en Ciudad de México. El centro del país sufrió las iras del terremoto, que dejó 369 muertos y numerosos daños materiales. Los grandes monumentos del país tampoco se libraron. Uno de los tesoros afectados fue la pirámide de Teopanzolco, en Morelos. Su estructura, como el resto de las casas, hospitales, colegios y demás edificios de la región.

Los expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) sufrían por esta pirámide del siglo XII perteneciente a la cultura tlahuica que se desarrolló en la zona y que tuvo relación con los aztecas o mexicas. Habían observado que la pirámide había sufrido un "reacomodo" del núcleo de su estructura y que la parte superior, donde se encontraban dos templos -uno dedicado a Huitzilopochtli, el dios principal de los mexicas, y otro a Tláloc, el dios de la lluvia-, sí había tenido daños. "El suelo de ambos templos se había hundido e inclinado", apuntó Bárbara Koniecza, arqueóloga del INAH.

Tras apreciar estos desperfectos, era necesario saber cómo estaba la estructura. Y ahí fue cuando el georradar dejó estupefactos a los investigadores. Dentro de la pirámide, de unos 16 metros, había un templo. "A pesar de lo que significó el sismo, hay que agradecer que por este fenómeno natural apareció esta importante estructura que cambia la datación del sitio arqueológico", explicó Isabel Campos, directora del centro del INAH en Morelos. Ahora, esta estructura se estima que se construyo sobre el año 1150, 240 años antes de lo pensado.

Este nuevo templo también estaría dedicado al dios de la lluvia y habría tenido un tamaño aproximado de seis metros de largo por cuatro metros de ancho. Su escalinata de acceso estará en el lado oeste, en el mismo lugar donde es visible la actual escalinata, cuando se construyeron los dos templos superiores que taparon el viejo recinto de culto. "Posiblemente, del lado derecho estén los restos de otro templo dedicado a Huitzilopochtli", aventuró Koniecza.

La arqueóloga también mencionó que en el interior del templo se encontraron diferentes restos cerámicos y de un incensario con motivos tlahuicas. Además, había una gran cantidad de carbón, que puede ser consecuencia de la actividad ritual que hubo en su interior, de la posible destrucción del mismo para dar paso a la siguiente fase constructiva o de algún desastre. Las piezas serán analizadas a través del carbono 14 para determinar a qué periodo pertenecen. "Hacen falta muchos más estudios", indicó la investigadora durante la presentación del templo, que puede esconder más secretos.

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