Somos idiotas

Si no frenamos el ascenso de los extremismos, lo pagaremos.
Si no frenamos el ascenso de los extremismos, lo pagaremos.

Niños separados de sus padres y encerrados como si fueran delincuentes, o peor, animales; barcos cargados de personas desesperadas que no encuentran dónde desembarcar, partidos y políticos racistas y xenófobos que ganan elecciones... ¿Qué está pasando?

El populismo avanza despacio pero seguro, ganando poco a poco más espacios de poder.

Es verdad que la crisis de la última década ha hecho daño a muchas familias. Pero olvidamos que hasta en la pobreza la UE saca una gran ventaja al resto del mundo: ser pobre en Europa es mucho mejor que serlo en otros lugares. Aquí hay más posibilidades de encontrar ayudas sociales o de lograr un empleo que permita salir del pozo.

Con todos sus peros, e incluso con la pérdida de nivel adquisitivo de estos años, la Unión Europea es lo mejor que nos ha pasado a los ciudadanos del continente. Nunca en la historia se han alcanzado cotas similares de calidad de vida y de igualdad. Para lograrlas, Europa tuvo que superar el horror de la guerra y de los fascismos, que la destrozaron y que se cobraron las vidas de millones de personas. Solo cuando dejamos atrás todo aquello logramos construir una Europa próspera.

La paz ha sido nuestro gran éxito. Y durante más de medio siglo hemos mantenido el odio a raya. Pero en los últimos tiempos la moderación ha saltado por los aires y los extremismos se han visto con fuerza para salir a la calle. Hasta han ganado elecciones, algo impensable en la UE hace solo unos años, sin que nadie en Bruselas se plantee tomar medidas contra estos regímenes.

La solidaridad y el apoyo mutuo son los mejores cimientos de las sociedades fuertes y desarrolladas. El mundo ha tenido demasiados ejemplos de que esa es la fórmula del éxito. Pero se nos olvida. Se nos está olvidando. Y lo único que puedo pensar es que somos idiotas. El fascismo vuelve a Europa y no hacemos nada para frenarlo. Pagaremos las consecuencias. Y será culpa nuestra.