Merkel y Macron presentan su plan de futuro para la eurozona

La implementación de las reformas propuestas servirán para mejorar la estabilidad y la solidez de la zona euro.

Emmanuel Macron y Angela Merkel, en su encuentro el Palacio de Meseberg.
Merkel y Macron presentan su plan de futuro para la eurozona
Reuters

La canciller de Alemania, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, presentaron este martes su plan de "futuro" para la eurozona, que incluye una versión rebajada de la demanda de París para poner en marcha un presupuesto común para la eurozona y la propuesta berlinesa para dotar de más músculo al fondo de rescate.

En una cumbre bilateral en el Palacio de Meseberg, en las afueras de Berlín, los líderes de las dos principales potencias económicas de la zona del euro presentaron su iniciativa, que llevan semanas consensuando, y que presentarán al resto de socios en la cumbre de líderes europeos de finales de mes, donde la reforma de la eurozona va a ser uno de los puntos principales de la agenda.

La alemana aseguró que se ha alcanzado una "buena solución", "algo realmente bueno" y el francés que la implementación de estas reformas para mejorar la estabilidad y la solidez de la zona euro (los diecinueve socios comunitarios que comparten el euro como divisa) inaugurarán una "nueva página" de la Unión Económica y Monetaria.

El presupuesto para la eurozona será "paralelo" al marco financiero plurianual de la Unión Europea (UE) y su objetivo será la "convergencia" económica entre países, explicó la canciller, quien reconoció que "la convergencia en la eurozona aún no es suficiente", en relación a las diferencias de nivel de vida entre unas y otras economías.

Por su parte, el actual fondo de rescate -oficialmente, Mecanismo Europeo de Estabilidad, MEDE- será "ampliado" y reforzado para que se convierta en una versión europea del Fondo Monetario Internacional (FMI), un "instrumento extra" para mejorar su "estabilidad" y afrontar "problemas de liquidez" y cualquier "shock asimétrico", agregó.

Pese a los cambios, la "condicionalidad" seguirá siendo un elemento indispensable del MEDE, asegura la Declaración de Meseberg, esto es, que toda línea financiera de este instrumento a un país miembro implicará contrapartidas en forma de ajustes fiscales y reformas estructurales.

Macron explicó que el objetivo de este mecanismo es que cuando un país sufra un "choque sistémico" -como podría ser el impacto económico en Irlanda del 'brexit'- pueda contar con un "mecanismo de ayuda" y que se pretende revisar los instrumentos disponibles para hacerlo posible.

Aludió también a la necesidad de que los países en dificultades puedan contar una "red de seguridad que pueda responder a los desafíos financieros".

Además, Macron subrayó que con estas propuestas Francia y Alemania responden "de manera creíble a los desafíos de la estabilidad económica y financiera de la eurozona".

"Nos hemos puesto de acuerdo sobre un presupuesto de la eurozona con ingresos y gastos anuales. Nunca se había alcanzado un acuerdo sobre un presupuesto de la zona euro", destacó Macron, a la vez que insistió en que este acuerdo "es la prueba de la voluntad común de responder a los desafíos comunes. Es un avance histórico".

Merkel y Macron subrayaron que su propuesta es un borrador en la que quedan por fijar los detalles, que se establecerán en negociación con el resto de socios en los próximos días, y que debería echar a andar para 2021, aunque previamente serán precisos cambios en los tratados europeos.

"Queremos abordar los ritmos con los otros socios", apuntó el presidente francés con respecto al presupuesto de la eurozona, del que destacó que tiene el "objetivo de (alcanzar) la convergencia" dentro de la zona euro.

Merkel admitió además que es preciso completar la unión bancaria, donde queda pendiente de acordar su tercer pilar, el fondo de garantía de depósitos bancarios, tras el establecimiento de un sistema común de supervisión y un mecanismo de liquidación de entidades financieras con problemas a raíz del estallido de la crisis financiera global de 2008 y la subsiguiente crisis de la deuda en la eurozona.

Berlín ha frenado desde hace meses este último paso, pues teme tener que salir con dinero público al rescate de bancos de otros países y desea posponer el acuerdo hasta que no se reduzcan las tasas de morosidad en algunas economías de la unión monetaria.

La canciller reconoció que la negociación con Francia sobre la reforma de la eurozona ha sido la "más complicada" de las que está realizando de forma paralela de cara a la cumbre de líderes europeos del 28 y 29 de junio, en la que también se va a debatir de la crisis migratoria, la seguridad de la UE y fórmulas para mejorar la competitividad del bloque en un mundo cambiante.

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