Bélgica revive su pesadilla terrorista

Un belga radicalizado en prisión aprovecha un permiso otorgado el lunes para matar a un joven de 22 años y dos mujeres policías tras robarles su arma.

Artificieros permanecen en el lugar de un tiroteo en Lieja, Bélgica, hoy, 29 de mayo de 2018. Un hombre mató hoy a dos agentes de policía y a un pasajero de un coche en la ciudad belga de Lieja, durante un tiroteo ocurrido hoy, que la Fiscalía Federal investiga como un presunto caso de terrorismo
Artificieros permanecen en el lugar de un tiroteo en Lieja, Bélgica, hoy, 29 de mayo de 2018. Un hombre mató hoy a dos agentes de policía y a un pasajero de un coche en la ciudad belga de Lieja, durante un tiroteo ocurrido hoy, que la Fiscalía Federal inv
EFE/ Michel Tonneau

Tenía 45 años y era madre de un joven de 25. Su compañera, de 53, tenía dos gemelos de 13 años húerfanos de padre. Desde este martes, también de madre. Las dos eran policías. Sí, eran. El terrorismo siempre se empeña en usar el pasado. También con ese joven de 22 años que en las próximas semanas se iba a graduar en Magisterio y cuya única 'culpa' fue estar en el lugar equivocado en el momento más inoportuno. Lo llaman destino. Un destino cruel.

De nuevo, Bélgica. De nuevo, el caos y el miedo de la sinrazón terrorista que comenzó el 22 de marzo de 2016, cuando perdieron la vida 32 personas. Este martes ocurrió en Lieja, en la tercera ciudad del país, a unos 100 kilómetros al este de Bruselas.

Seguro que más de uno se acordó de la persona que firmó el permiso penitenciario "número 25" (sí, ¡25!) que permitió a Benjamin Herman, belga de 36 años, salir el lunes de prisión, donde cumplía condena por robo, desórdenes y tráfico de drogas. A las 10.30 horas, en pleno corazón de la ciudad, atacó a dos policías "por la espalda con un arma blanca", les asestó varias puñaladas y logró robarles su arma reglamentaria para matarlas. "Está claro que el objetivo era atacar a la Policía y "golpear la institución, el Estado de Bélgica", recalcó el jefe de la Policía de Lieja, Christian Beaupère,

Segundos después, en su huida a ninguna parte, disparó a bocajarro a un joven de 22 años que estaba en el asiento del copiloto de un turismo que se encontraba en el lugar. Tres muertos. Herman, después, accedió a un centro educativo donde tomó como prisionera a una mujer. Todo fue muy rápido. Llegaron más policías, comenzaron los disparos y el presunto terrorista fue abatido. El fin de la historia también deja otros dos agentes heridos y un suspiro de alivio por lo que pudo ocurrir pero al final no sucedió en un colegio que entonces estaba lleno de jóvenes y que hoy ha suspendido las clases para guardar duelo psicológico, como anunció el alcalde, Willy Demeyer.

La confusión fue máxima durante toda la mañana y nadie se atrevía a avalar la pista terrorista ya que en un principio se informó de que no estaba fichado por los servicios antiterroristas del país, aunque en algún momento se insinuó que sí lo estaba desde el año pasado. El caso ya está en manos de la Fiscalía federal al dar por buena la hipótesis terrorista. Y es que según informaron medios locales citando a testigos presenciales, el atacante gritó "Allahu Akbar" (Alá es grande) durante la refriega, un extremo que quedó confirmado por la tarde en vídeos publicados en las redes sociales.

Al parecer, es muy posible que se hubiera radicalizado durante su estancia en la cárcel de Lantin. Benjamin Herman presentaba un perfil "muy inestable". No obstante, de ser un ladron y un camello de poca monta a matar a tres personas hay un abismo que deberá ser aclarado durante la investigación.

Hay muchas incógnitas. Por ejemplo, la televisión pública francófona aseguró que la Policía cree que pudo cometer otro asesinato la noche del lunes, a las pocas horas de salir de prisión. No en Lieja, sino en On, en la provincia de Luxemburgo. Los agentes encontraron un cuchillo en el coche del presunto terrorista que coincide con el usado en este asesinato.

Sigue el nivel 2 sobre 4

"Violencia cobarde y ciega en Lieja. Todo nuestro apoyo a las víctimas y sus seres queridos. Seguimos la situación con los servicios de seguridad y el centro de crisis", reaccionó el Twitter el primer ministro del país, Charles Michel, que se desplazó hasta la ciudad para seguir de cerca los acontecimientos. También lo hizo el rey Felipe de Bélgica para trasladar su solidaridad y pésame a las familias y amigos de las víctimas.

El país vuelve al estado de 'shock', pero las autoridades consideran que se trata de un hecho aislado. El centro de crisis que analiza el riego terrorista (OCAM) decidió no elevar el nivel de alerta, que se mantendrá en el 2 de una escala de 4. Desde finales de 2015, Bélgica se encontraba en el nivel 3, lo que situaba la amenaza terrorista como "posible y probable" y conllevaba medidas reforzadas de seguridad en todo el territorio, como la presencia de militares en las calles. Sin embargo, a mediados del pasado enero se bajó al 2 al considerar la amenaza terrorista como "improbable". No obstante, no ha conllevado la retirada de los militares de las calles, sino una reducción de efectivos.

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