"Disparan a matar contra cualquiera y eso no es lo que nos enseñaron en el Ejército"

Antiguos francotiradores de Israel critican la fuerza empleada contra los manifestantes palestinos y hacen responsable al Gobierno de esta represión.

Manifestantes palestinos protestan contra el traslado de la embajada estadounidense y el 70º aniversario de la creación de Israel
Al menos diez palestinos muertos por disparos israelíes en las protestas en la frontera de Gaza
Abu Mustafa

Gaza se recupera de la peor matanza sufrida desde la guerra de 2014 después de que Israel matara el lunes a 60 manifestantes en la verja de separación. En total, 111 palestinos han fallecido, la mayoría por disparos, y hay más de 10.000 heridos, según datos del Ministerio de Salud, en las movilizaciones de las últimas seis semanas enmarcadas dentro de la 'Marcha del Retorno' que se exacerbaron con la inauguración de la Embajada de Estados Unidos en Jerusalén. Entre los muertos hay menores, ancianos y periodistas, que trabajaban con los distintivos de 'Press' en sus chalecos, todos ellos alcanzados por unos francotiradores que "seguro que cargarán todas sus vidas con esas escenas de las que son testigos a través de la mirilla de sus rifles, no pueden dejar de dar vueltas a cada disparo", piensa Nadav Weiman, quien cumplió su servicio militar como 'observador', la figura encargada de ayudar al francotirador en el cálculo y corrección para que su disparo de en el blanco.

Sin embargo, este veterano del Ejército israelí asegura que "el problema no es de quien aprieta el gatillo, el problema es de un Gobierno que defiende que manifestantes desarmados son un objetivo legítimo. El soldado puede decir 'no', pero se enfrenta a la cárcel".

Weiman habla con enfado y disgusto de la situación en Gaza y es uno de los firmantes de una carta abierta en la que cinco ex francotiradores denuncian las reglas de enfrentamiento del Ejército. Pertenece desde 2010 a la organización Breaking The Silence, grupo formado por exsoldados arrepentidos que documentan los abusos que comete el Ejército contra los palestinos, y piensa que en las protestas de Gaza "se han cruzado todas las líneas rojas, a nosotros nos entrenaron para matar a alguien que realmente tuviera la intención y la capacidad de hacer daño. En este tipo de protestas también se puede abrir fuego en la rodilla contra instigadores, pero en caso de que estuvieran desarmados debíamos pedir autorización por radio. Lo que vemos estas semanas es diferente, no sé cuál puede ser la nueva regla porque se dispara a matar contra gente desarmada, contra cualquiera y eso no es lo que nos enseñaron en el Ejército".

Las cifras de manifestantes muertos se dispararon el lunes. Naciones Unidas acusó a Israel de "matar de forma indiscriminada" y organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF) calificaron de "inhumana" e "inaceptable" la respuesta israelí a las protestas palestinas en la verja. Pero el Estado hebreo argumenta que Hamás utiliza a los manifestantes para intentar sabotear la valla de separación y cometer "actos terroristas" en su territorio e insiste en que no variará sus normas de enfrentamiento. El portavoz militar, Jonathan Conricus, después de defender el trabajo de sus hombres en la defensa de la frontera, admitió que ha habido "errores" y que algunas balas han alcanzado a gente que "no eran objetivo", según recogió el diario 'Haaretz'.

Weiman insiste en que "no importa que seas o no de Hamás, el hecho es que esta gente va desarmada y hasta ahora no hay un solo soldado herido. El Gobierno solo busca justificaciones para legitimar estas muertes. Cada dos o tres años parece que hay que hacer o cosas así para demostrar a los palestinos que Israel es el jefe".

La presión internacional sobre el Estado hebreo debido al "uso desproporcionado de la fuerza", según Amnistía Internacional, "no afecta a los francotiradores porque están entrenados para enfrentarse a esta situación y obedecen órdenes. No hacen nada de forma impulsiva, están conectados a una cadena de mando y hacen su trabajo", afirma Moshe Farchi, jefe de estudios sobre el estrés, trauma y resiliencia en el Colegio Tel-Hai y 'número dos' del Mental Home Front Command de Israel.

Pese a su intensa actividad y la tensión permanente en los territorios ocupados y en las fronteras con Egipto, Siria o Libia, el Ejército israelí es uno de los que registra menores niveles de estrés postraumático del mundo, según estudios publicados por el propio Departamento de Salud Mental de las Fuerzas Armadas. Uno de ellos se hizo público en 2013 y fijó en un 1,5% el porcentaje de soldados israelíes diagnosticados con este tipo de problema, mientras en ejércitos como el de EE. UU. la cifra alcanzaba el 8%, según la misma investigación.

El profesor Farchi es uno de los responsables de este bajo nivel de estrés postraumático gracias al método para enfrentarse a situaciones traumáticas que elaboró durante sus años en el Ejército. Su sistema se puso incluso en práctica en los últimos atentados de Manchester del 22 de mayo de 2017, y básicamente consiste en "activar a la persona lo antes posible, a poder ser en menos de 90 segundos para que incluso pueda ayudar a los demás. Hay que intervenir de forma inmediata y frenar la sensación de impotencia de quien ha sufrido un evento traumático".

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