Solo es un gesto, pero ha corrido como la pólvora por las redes sociales chinas y se ha convertido en carne de 'meme'. Su trascendencia ha sido tal que el Gobierno chino se ha visto obligado a intervenir.

La protagonista es la periodista china Liang Xiangyi, que participaba este martes en una rueda de prensa en la Asamblea Nacional Popular, en Pekín, que el pasado domingo aprobó otorgar una presidencia ilimitada al actual presidente del país, Xi Jinping.

Con las restricciones a la libertad de prensa que se viven en el gigante asiático, este tipo de encuentros con los periodistas son sobre todo una ocasión para que los políticos se luzcan y son habituales las preguntas obsequiosas que loan los logros del régimen.

Una reportera lanzó una cuestión de este tipo, una larga perorata sobre la apertura del sistema y las medidas de protección de los activos estatales en el extranjero. Y ahí es donde se produjo el gesto de Liang. La periodista, sin darse cuenta de que su imagen estaba siendo grabada por la televisión, gira los ojos hacia arriba en una explícita e inconfundible señal de hartazgo. 

La historia no tendría más trascendencia si hubiera quedado ahí, pero lo que en principio parecía una anécdota se ha convertido casi en cuestión de Estado.

Las imágenes fueron tan comentadas y tan compartidas que las autoridades han decidido intervenir. El vídeo ha sido censurado y Liang Xiangyi, según ha informado el diario británico 'The Guardian', ha perdido su credencial para cubrir las informaciones de la asamblea. Asimismo, la cuenta de Weibo -el equivalente a Facebook en China- de la reportera ha sido cerrada y su nombre es el término más censurado estos días en esa red social. Según la misma fuente, aunque sin confirmación, los rumores en el país asiático apuntan a que ha sido despedida de su trabajo.

Aun así, en internet no solo han proliferado los 'memes' y los GIFS con el gesto de Liang, sino que en internet pueden encontrarse camisetas y hasta carcasas de móvil con su cara. Pese a los intentos del Gobierno por frenarlo, el vídeo sigue circulando entre la población.

Liang no ha aparecido en público tras el escándalo, pero seguro que nunca esperó que una simple mirada suya pusiera en alerta a todo el régimen chino.