Renzi reta a su partido a apoyar un gobierno "extremista" de la derecha o al M5S

El secretario del Partido Demócrata dimitirá cuando se forme un gobierno en Italia.

Mateo Renzi
Italia emprende la búsqueda de un nuevo Gobierno tras la dimisión de Renzi
AFP

Tras su derrota electoral, el secretario del Partido Demócrata italiano (PD), Matteo Renzi, retó este martes a sus colegas críticos para que expresen su apoyo a un hipotético gobierno de la derecha o del Movimiento 5 Estrellas (M5S), triunfadores pero sin mayoría.

El ex primer ministro socialdemócrata ha avanzado que dimitirá una vez se solucione el galimatías electoral que surgió de los comicios y se forme un gobierno, pero al mismo tiempo ha expresado claramente su postura: "Nunca con los extremistas".

Se refiere a los triunfadores de las elecciones: la coalición de derecha entre la Liga Norte (LN) y la Forza Italia (FI) de Silvio Berlusconi, entre otros partidos, y el M5S, el partido más votado en solitario.

En el partido de Renzi, acostumbrado al vuelo de cuchillos, ya han surgido las primeras voces que le reprochan no haber dimitido inmediatamente y sospechan que su intención es imponer al partido su postura durante la ronda de contactos para formar gobierno.

"A mi juicio, el PD debe estar en la oposición. Si alguien en nuestro partido piensa diferente, que lo diga en la dirección del lunes (...). Sin hastío, insultos o polémicas", zanjó en su Facebook.

Pero no hizo falta esperar al ajuste de cuentas del lunes, sino que este martes el presidente de la región del Piamonte (noroeste), Sergio Chiamparino, fue el primero en acercar posturas con el M5S que, precisamente, gobierna el ayuntamiento de su capital, Turín.

"Yo hablo casi cotidianamente con la alcaldesa (Chiara) Appendino y no hay ningún tabú que echar por tierra. El partido decidirá de modo colegiado y hay que responder y de qué modo", opinó Chiamparino, quien no descarta presentarse como candidato al liderazgo del PD.

El presidente piamontés dijo que los electores indicaron al M5S como ganadores, por lo que les toca proponer: "Si recibimos propuestas concretas, las valoraremos, aunque por el momento eso no ha ocurrido", aclaró.

Las elecciones confirmaron un escenario fragmentado que solo permite cuatro opciones para un gobierno estable mediante la suma de fuerzas con un mínimo de 158 escaños en el Senado y 316 en la Cámara de los Diputados.

En primer lugar, una opción es la de un pacto entre el M5S de Luigi di Maio, con 221 diputados y 112 senadores, y la coalición de izquierda del PD, con 122 diputados y 57 senadores, de los que ni siquiera necesitaría a todos.

Además, si el movimiento mira a la izquierda, puede tentar a la lista Libres e Iguales (LeU), con 14 diputados y 4 senadores y cuyo líder, Pietro Grasso, se ha mostrado abierto al diálogo.

Otra alternativa sería la que parece barajar la derecha, con 260 diputados y 135 senadores, y el líder de la LN, Matteo Salvini, está dispuesto a captar escaños entre los descontentos y los legisladores de otros partidos que "cambian de chaqueta", algo normal en Italia.

Aunque necesitaría muchos parlamentarios, Salvini podría estar interesado en sondear a un grupo de diez candidatos del M5S que fueron suspendidos en campaña por no devolver parte de su sueldo y que se encuentran en un limbo, al no estar integrados en el grupo.

La tercera opción sería una unión entre la derecha y el centroizquierda para evitar que el M5S acceda por primera vez al gobierno, aunque parece una opción improbable.

La última opción es una unión entre las dos fuerzas antisistema que más beneficio han recabado en las elecciones, el M5S y la LN, si bien sus respectivos líderes no parecen dispuestos a ceder en sus ambiciones de gobernar.

El comodín ante un escenario de bloqueo lo tendría el jefe del Estado, Sergio Mattarella, que podría encargar un gobierno de transición al M5S o al primer ministro en funciones, Paolo Gentiloni, solo para elaborar un nuevo sistema electoral.

Y, con unas nuevas reglas del juego, convocar elecciones y hacer así a los partidos regresar a la casilla de salida, lo que a buen seguro permitiría seguir creciendo a los dos actuales protagonistas de la política italiana, el M5S y la Liga.

El secretario de esta última formación, Salvini, avanzó este martes que su partido se fijará de ahora en adelante "en una tradición de izquierda que no vota o que atiende" a la LN: "Trataremos de recabar esas fuerzas", advirtió.

El PD, pese al descalabro, parece ser clave en este escenario como el segundo partido más votado en solitario.

Su socia en la alianza de centroizquierda, la excomisaria europea y nueva senadora Emma Bonino, líder de la lista +Europa, aseguró hoy que no apoyará a fuerzas críticas con Europa por representar posiciones "completamente diferentes" a las suyas.

Pero primero habrá que saber si Renzi logra imponer su postura de no negociar con los extremistas: "Que formen gobierno si pueden. Nosotros nos quedamos fuera", escribió en su Facebook, en un mensaje que sonó a "vendetta".

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