Por
  • Víctor Orcástegui

Carrera de armamentos

Donald Trump y Vladimir Putin saludándose
Donald Trump y Vladimir Putin saludándose.
Mikhail Klimentyev

El discurso pronunciado el jueves por Vladimir Putin ante el Parlamento ruso marca el comienzo de la carrera de armamentos del siglo XXI. No es que las superpotencias hayan empezado ahora a reforzar y mejorar sus arsenales, llevan ya unos cuantos años en esa tarea, pero Putin acaba de dar carta de naturaleza pública a una nueva pugna por la superioridad nuclear. Ya no cabe llamarse a engaño, la pausa posterior a la Guerra Fría ha terminado y regresamos oficialmente al equilibrio del terror. Solo que hoy Estados Unidos y Rusia no son los únicos actores del escenario atómico. Ambas son potencias en decadencia. Palpable y pronunciada en el caso ruso, a pesar de la agresividad de Moscú, y solo relativa pero muy inquietante en el norteamericano. China es, desde luego, el tercer elemento a tener en cuenta, pero están también los pequeños arsenales de países como Israel, la India, Pakistán, Corea del Norte o, quizá, Irán. Pequeños, pero muy desestabilizadores. Putin en el Kremlin y Trump en la Casa Blanca tampoco son personalidades que aporten tranquilidad.