Cuba admite "más errores que virtudes" al aplicar las reformas

La falta de cualificación de la mano de obra y la doble moneda que circula en el país, dos de los mayores obstáculos.

Raúl Castro
Raúl Castro
Marcelino Vázquez

El vicepresidente cubano Marino Murillo reconoció este viernes que la aplicación de las reformas económicas emprendidas bajo el mandato en la isla del presidente Raúl Castro ha generado "más errores que virtudes" y un "distanciamiento" entre los objetivos iniciales y la práctica.

Murillo, conocido como el "zar de las reformas", señaló que la "insuficiente capacitación" de los recursos humanos limita el cumplimiento de políticas nacionales asociadas a la actualización del socialismo, durante un seminario ante directivos del sector de la salud, según recogen medios oficiales de la isla.

Desde la aprobación de las primeras reformas en 2010, el Gobierno cubano ha aplicado un total de 100 lineamientos -como se denominan en la isla las nuevas directrices económicas-, lo que siempre ha ido acompañado de entrenamiento y formación para los medios intermedios encargados de llevarlas a cabo, indicó Murillo.

"Pero la calidad no ha sido buena", admitió Murillo, que fue ministro de Economía de 2014 a 2016 y actualmente dirige la Comisión Permanente para la implementación de la nueva política económica, encargada entre otras cosas de definir la conceptualización del nuevo modelo socialista cubano.

Murillo señaló que en el área de la capacitación de los recursos humanos hubo "fallas" en los contenidos y en la selección de los participantes y resaltó la importancia de llevar a cabo nuevos seminarios para dar a conocer las nuevas normas jurídicas del sistema empresarial.

Los dos pilares fundamentales de las reformas para "actualizar" el socialismo son las nuevas facilidades para la inversión extrajera y la apertura del sector privado, al ampliar las profesiones en las que desarrollar el trabajo autónomo o "cuentapropismo", que supera ya el medio millón de emprendedores.

En agosto, el gobierno cubano paralizó la concesión de nuevas licencias de cuentapropista entre las profesiones más extendidas, como la de restaurante o alquiler turístico, para perfeccionar y corregir irregularidades.

El sector lleva desde entonces a la espera de una nueva regulación que se teme más restrictiva.

Como aspecto positivo en la marcha de las reformas, Murillo destacó que se ha estrechado la relación entre los directivos de las empresas estatales y las juntas del gobierno a la hora de repartir el presupuesto para "maximizar" la producción.

Una de las reformas pendientes en la isla es la unificación monetaria, que según Murillo deberá crear un entorno "más favorable" para las empresas estatales, ya que en estos momentos circulan en la isla dos monedas que se regulan con diferentes tasas de cambio según el sector.

En Cuba circulan el peso cubano (CUP) como moneda nacional y el peso convertible en divisa (CUC, equivalente al dólar y a 24 CUP), una dualidad monetaria que persiste desde la década de los 90 y que ha generado graves distorsiones en la contabilidad empresarial y macroeconómica, además de dos niveles de vida entre la población.

La mayor parte de los cubanos cobra sus salarios y paga servicios básicos con la moneda nacional CUP y el sueldo medio es de unos 672 pesos cubanos (equivalentes a unos 28 dólares).

El cronograma -sin fechas- para aplicar la unificación está anunciado desde 2013, pero todavía no se ha llevado a cabo, aunque según varios analistas es probable que se realice este mismo año, ya que es también uno de los principales frenos a la inversión foránea.

En su discurso de cierre del último pleno del Parlamento en diciembre de 2017, Raúl Castro destacó que el fin de la doble moneda "no puede dilatarse por más tiempo" y se trata del "proceso más determinante" para avanzar en las reformas impulsadas durante su mandato.

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