El Gobierno francés anunció este jueves una nueva postura respecto a los fumadores de cannabis, según la cual se podrían eliminar las sentencias de prisión y las multas más fuertes a cambio de sanciones aplicadas en el lugar en el que se detecte al fumador, con el fin de que los policías ahorren tiempo.

Francia es uno de los mayores consumidores de cannabis en Europa, con unos 700.000 usuarios diarios de esta droga, según estimaciones.

Sin embargo, la legislación francesa sobre drogas es una de las más estrictas del Viejo Continente. Las personas que son sorprendidas fumando marihuana se enfrentan a multas de hasta 3.750 euros y penas de hasta un año de prisión, aunque en la práctica la mayoría quedan libres con una amenaza.

"Vamos a simplificar las multas para este delito", dijo este jueves el ministro francés del Interior, Gérard Collomb, confirmando una promesa de campaña del presidente Emmanuel Macron.

Pero Collomb se mostró firme al asegurar que Macron no seguiría el ejemplo de España u Holanda de tolerar el uso del cannabis entre los adultos, y mucho menos de legalizar su uso recreativo, como hizo Uruguay.

"No habrá una despenalización del uso del cannabis", prometió Collomb, advirtiendo que quienes reincidan y los sospechosos de tráfico serán juzgados.

Con esta modificación, el Gobierno introducirá una multa aplicada en el lugar de los hechos de entre 150 y 200 euros (180-250 dólares), basándose en las recomendaciones de un informe parlamentario.

La despenalización del cannabis se ha debatido regularmente en Francia en los últimos años.

Los sindicatos policiales expresaron su oposición a cualquier suavización de la ley, al igual que el Observatorio Francés para Drogas y Adicción a las Drogas, que advirtió en un informe en octubre que legalizar el cannabis podría incrementar su consumo.