Un divorcio, varios misiles y una capital muy disputada

La escalada bélica en Corea del Norte, el enfrentamiento por el estatus de Jerusalén, la nunca del todo terminada guerra en Siria o el muro que Estados Unidos quiere construir con México, amén de los propios problemas internos de la primera potencia mundial, darán mucho de qué hablar.

En 2018 darán mucho que hablar la escalada bélica en Corea del Norte y el enfrentamiento por el estatus de Jerusalén
Un divorcio, varios misiles y una capital muy disputada

Después de dos terremotos políticos acaecidos en fechas cercanas, la victoria del ‘brexit’ y la toma de posesión de Donald Trump, el mundo continúa sufriendo las consecuencias de ambos temblores. Por un lado, las negociaciones para la salida del Reino Unido de la Unión Europea siguen un curso más bien lento y borrascoso, con una fecha en el horizonte, octubre de 2018, para la que el acuerdo de divorcio deberá estar rubricado, aunque el ‘brexit’ será realidad el 29 de marzo de 2019. Por el otro, la irrupción del presidente de EE. UU. en la escena internacional ha agitado antiguos conflictos y generado nuevos escenarios que habrá que tener en consideración los próximos meses. La escalada bélica de (y con) Corea del Norte, el avispero de Jerusalén, la nunca del todo terminada guerra en Siria o el muro con México, amén de los problemas internos de la primera potencia mundial, darán mucho de qué hablar. Pero hay más.

El proceso negociador entre Bruselas y Londres tenía tres grandes asuntos encima de la mesa sobre los que era vital llegar a un acuerdo para que el diálogo fluyese. El más polémico, el de la factura a pagar, se saldó con que el Reino Unido abonará 45.000 millones de euros. Respecto a la garantía de los derechos adquiridos por los 3,3 millones de europeos residentes en el país, los 27 lograron gran parte de lo exigido, sobre todo la vigencia del Tribunal de Justicia de la UE como garante último. Además, la fecha de corte, aquella que delimitará hasta cuándo los comunitarios podrán ampararse en el principio de libre circulación de ciudadanos dentro de la Unión Europea, será el 29 de marzo de 2019 y no el 23 de junio de 2016, fecha del referéndum. El tercer gran asunto, la frontera entre las dos Irlandas, no será física e Irlanda del Norte se aclimatará a las reglamentaciones comunitarias para no romper la isla en dos.

Cerrado el divorcio, ahora toca hablar del futuro. Theresa May pedirá un periodo de transición de dos años para sobrellevar el ‘shock’. Desde Bruselas se advirtió de que, en esta nueva negociación, la UE tampoco cederá. Si quieren transición, si quieren acceso al mercado interior, deberán acatar toda la legislación comunitaria. Como hacen ahora, pero sin poder influir desde dentro porque ya no se sentarán en el club.

Este año, la atención mundial también estará fijada en Corea del Norte y su amenaza, en absoluto velada, de provocar un conflicto nuclear en su desafío bélico a Estados Unidos. Después del éxito de sus ensayos con misiles, cada vez más certeros, potentes y letales, el precio de las sanciones impuestas por Naciones Unidas podría estar llevando al régimen de Pionyang a reconsiderar la idea de retomar el diálogo con Washington, esta vez desde una posición de fuerza. Lo desveló a principios de diciembre el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, quien le transmitió en Viena a su homólogo norteamericano, Rex Tillerson, la idea de que el dictador Kim Jong-un estaría abierto al diálogo. Impera cierto clima de urgencia para desactivar la crisis, sobre todo tras el agravamiento de la tensión por las últimas maniobras militares Estados Unidos-Corea del Sur que han llevado al vecino del Norte a declarar que la guerra nuclear "va a ser un hecho".

El estatus de Jerusalén

Otro punto caliente. En Oriente Próximo, ningún asunto ha sido tan complejo y controvertido como el estatus de Jerusalén, una ciudad que tanto israelíes como palestinos reclaman como su capital. Aunque ninguna potencia reconoce estas premisas, en la Yerushaláyim de los judíos y la Al Quds de los árabes está el origen de las crecientes tensiones entre ambas partes. Y estas tensiones pueden estallar después de que, en diciembre, Donald Trump rompiera ese consenso internacional al avalar la ciudad como capital israelí y anunciar el traslado de la embajada estadounidense desde Tel Aviv. Este gesto da la puntilla al moribundo proceso de paz y ha provocado el rechazo de la comunidad internacional, con la Unión Europea y la ONU a la cabeza, y la llamada del líder de Hamás a "una intifada contra el ocupante" para defender Jerusalén.

El polémico Donald Trump también afronta problemas en su propio país. En mayo de 2018 está prevista la apertura de juicio contra Paul Manafort, exjefe de campaña del presidente, sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016. El fiscal especial de EE. UU. encargado de la investigación, Robert Mueller, le acusa a él y al que fuera su número dos en campaña, Rick Gates, de haber creado una "red de entidades y cuentas bancarias" en diferentes países para ocultar hasta 63 millones de euros, que obtuvieron principalmente del Gobierno prorruso de Ucrania y de otros oligarcas rusos. En el seno del llamado Rusiagate, el exasesor de Seguridad Nacional de Trump, Michael Flynn, ya se declaró culpable de mentir al FBI sobre sus conversaciones con funcionarios rusos. Y las ramificaciones de esos contactos con la gran potencia alcanzan incluso al todopoderoso yerno del presidente, Jared Kushner.

Precisamente, en Rusia se celebrarán elecciones en marzo. Si su actual presidente, Vladimir Putin, tiene éxito, se convertirá en el líder ruso que más tiempo ha estado al mando desde Stalin. La Comisión Electoral de Rusia dictaminó el día de Navidad que el opositor Alexei Navalni no puede presentar su candidatura, y este convocó para el 28 de enero una jornada nacional de protestas en favor de una huelga de votantes. Las elecciones han sido estratégicamente colocadas el 18 de marzo para hacerlas coincidir con el cuarto aniversario de la anexión de Crimea. Si gana, Putin gobernaría hasta 2024 gracias a una reforma constitucional que alargó el mandato presidencial a seis años.

También se celebrarán elecciones en Venezuela en el último trimestre del año, "llueve, truene o luzca el sol", según el presidente del Gobierno, Nicolás Maduro, cuestionado en la esfera internacional por su deriva totalitaria, denunciada por sus opositores dentro y fuera del país. Este año habrá presidenciales en grandes economías de la región, como Brasil, México, Colombia o Costa Rica.

De vuelta a Europa, las negociaciones para formar gobierno en Alemania avanzan después de que la canciller Angela Merkel no lograra la mayoría para su cuarto mandato. El diálogo para reeditar la gran coalición con los socialdemócratas de Martin Schulz seguía su curso al cierre de este suplemento, mientras Bruselas aguarda a que la locomotora europea vuelva a avanzar y a tirar del resto.

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