La masacre del Sinaí aún no ha sido reivindicada

El Estado Islámico ha asumido un ataque perpetrado el sábado pero no menciona la matanza de la mezquita.

Efe
Elevan a 305 los muertos en la masacre contra una mezquita en Sinaí
La mezquita, tras el atentado.

El brutal ataque terrorista que el pasado viernes dejó más de 300 muertos en una mezquita en el norte de la Península del Sinaí no ha sido reivindicado aún por ningún grupo radical que actúa en la zona, mientras algunos de los heridos continúan en cuidados intensivos en hospitales egipcios.

El Ministerio de Sanidad informó de que ocho de los más de 120 heridos que están distribuidos por varios hospitales del país continúan en cuidados intensivos, mientras que siete personas recibieron el alta este domingo.

El titular del departamento, Imad Ahmed, que visitó a las víctimas, reveló que entre los fallecidos en el atentado figuran un conductor de ambulancia y un enfermero, que estaban rezando en la mezquita cuando fue atacada el viernes al mediodía, según el diario estatal 'Al Ahram'.

Mientras, el asalto al templo de Al Rauda, ubicado en la localidad de Bear al Abd, al oeste de la ciudad de Al Arish, sigue sin ser reivindicado por ninguna de las organizaciones radicales que se ha hecho fuerte en el noreste del Sinaí en los pasados años.

El grupo terrorista Wilayat Sina, la rama egipcia del Estado Islámico (EI), difundió este domingo su primer comunicado tras la masacre sin hacer ninguna referencia al ataque, que según expertos lleva su sello.

En la nota, publicada en una de sus cuentas de la red social Telegram y cuya autenticidad no pudo ser verificada, el grupo informó de que este sábado atacó a soldados egipcios en una zona sin especificar cerca de la frontera egipcia, y asegura que varios uniformados murieron o resultaron heridos, sin detallar las cifras.

Wilayat Sina reivindica frecuentemente ataques de este tipo contra la policía y el ejército egipcios, además de secuestros y asesinatos de civiles, por ejemplo, los que colaboran con las autoridades.

La organización radical ha amenazado a los cristianos coptos, la mayoría de los cuales han huido del Sinaí, y también a los sufíes, corriente mística del islam suní considerada herética por los grupos extremistas y a la que estaba afiliada la mezquita de Al Rauda, donde los fieles de esta rama realizaban sus rituales.

Según el experto egipcio del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos Al Ahram, Mohamed Fayez, el EI ha buscado un "refugio" en el Sinaí después de las derrotas sufridas en Siria y en Irak, pero las campañas de seguridad contra los extremistas han debilitado su organización, por lo que ahora tienen que buscar "objetivos fáciles", esto es, los grupos más débiles o minoritarios.

El analista subrayó que no suele haber fuerzas de seguridad para proteger las mezquitas y este cambio en la táctica de los terroristas indica "la falta de capacidades de estos grupos para atacar a las fuerzas gubernamentales".

Fayez precisó que los extremistas buscan hacer "propaganda mediática" con atentados de esta envergadura para demostrar que están presentes, "a pesar del cerco estrecho de las fuerzas de seguridad" en torno a ellos.

Por su parte, la directora del Instituto Tahrir para la Política en Oriente Medio (TIMEP), Nancy Okail, explicó que el planteamiento exclusivamente militar a la hora de hacer frente a los yihadistas no es suficiente, "sobre todo cuando los grupos terroristas empiezan a atacar a civiles" y no sólo a los uniformados o determinadas infraestructuras y edificios.

"Ninguna fuerza de seguridad tiene la capacidad de proteger a toda la población", subrayó la analista egipcia, quien subrayó que los grupos como Wilayat Sina encuentran terreno fértil en la zona del Sinaí debido a sus características geográficas pero también por la ausencia de las autoridades y por la marginación de la población local.

"La injusticia, la persecución de la oposición y la represión de los medios de comunicación son medidas que (...) dan más razones a los grupos terroristas para reclutar, porque juegan con las frustraciones de los marginados", añadió Okail en referencia a las políticas del Gobierno egipcio.

El presidente Abdelfatah al Sisi prometió después del ataque que las instituciones y cuerpos de seguridad responderán con "fuerza brutal" a la violencia, que ha golpeado repetidamente este año a Egipto, donde han muerto 322 uniformados y 401 civiles, según datos del TIMEP.

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