El Vaticano ofrece su hospital para el pequeño Charlie

El Papa está interesado por mantener los cuidados médicos del bebé británico que sufre la enfermedad incurable.

Podría acabar sus días en Roma Charlie Gard, el bebé británico de 10 meses que sufre una enfermedad incurable y al que las autoridades de su país quieren desconectar de las máquinas que lo mantienen con vida al considerar que sólo están prolongando su agonía. Después de que el Papa anunciara el pasado domingo que sigue con "afecto y conmoción" el caso y que reza para que se mantengan los cuidados médicos al pequeño "hasta el final", como desean sus padres, ayer el Vaticano dio un paso más allá: propuso que el bebé sea ingresado en el hospital infantil Bambino Gesù de Roma, propiedad de la Santa Sede.

"He pedido el director sanitario que verifique con el hospital Great Ormond Street de Londres, donde está ingresado el recién nacido, si se dan las condiciones para un eventual traslado de Charlie", comentó la presidenta del Bambino Gesú, Mariella Enoc. "Sabemos que el caso es desesperado y que, por lo que parece, no hay terapias eficaces. Estamos cerca de los padres en la oración y si fuera su deseo, estamos disponibles para acoger a su niño durante el tiempo que le quede de vida".

La agonía del bebé británico ha provocado una profunda conmoción en la Iglesia católica por las implicaciones morales y teológicas que presenta el caso. Además del Papa, son numerosos los obispos y sacerdotes que se han referido a la situación de Charlie estos últimos días. Antes de su declaración del pasado domingo, el propio Francisco se refirió al niño sin citarlo en un mensaje que dejó en las redes sociales, en el que recordó la postura de la doctrina ante la eutanasia: "Defender la vida humana, sobre todo cuando está herida por la enfermedad, es un compromiso de amor que Dios confía a cada hombre".

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