Proactiva Open Arms (POA) tiene como misión la búsqueda de aquellas embarcaciones que han abandonado las costas libias con el objetivo de llegar a Europa por mar. La zona Sar (Search and Rescue en inglés, Búsqueda y Rescate en español) está comprendida en el límite territorial de aguas libias entre doce y treinta millas náuticas de la costa. Se pueden realizar los rescates más allá de esta zona y se puede entrar en aguas territoriales libias en caso de producirse una llamada de socorro. Hasta la fecha no ha habido ningún incidente importante de seguridad aunque hay que tener en cuenta la situación de Libia, un país descompuesto y fraccionado, gobernado por múltiples milicias.

En la zona de búsqueda y rescate están actuando otras organizaciones gubernamentales, así como la guardia costera italiana, una misión formada por un conglomerado de ejércitos europeos y buques de la OTAN. Los buques de guerra de las diferentes misiones tienen sus prioridades, pero siempre han respondido a las alarmas de seguridad y cooperado estrechamente en las misiones de rescate, trasladando a los inmigrantes hasta Sicilia, el punto de desembarco habitual.

Cada misión de Proactiva Open Arms dura quince días y está formada por unos quince voluntarios, dos periodistas y la tripulación del barco. La misión que hoy inicia el viaje es la decimoctava. Entre los voluntarios hay veteranos de múltiples misiones y algunos que se enfrentan a su primera misión. Todos realizan trabajos específicos en sus vidas cotidianas que les obligan diariamente a enfrentarse a situaciones de tensión. Aquí se pueden leer los perfiles de los 14 voluntarios y sus reflexiones sobre las razones que les mueven a embarcarse en una misión muy especializada.

Guillermo Cañardo

Jefe de misión. Es su duodécima misión con Proactiva Open Arms. Médico, nacido en Barcelona en 1973, soltero, una hija de 16 años. Trabaja en el Sistema de Emergencias Médicas de Tarragona. Su pasión es la navegación. En 2015 atravesó el Atlántico en solitario.

“He llorado de tristeza. Es impactante ver a tantas personas en el mar. Parece irreal y es inevitable que te afecte. La experiencia sirve para acorazarte. No puedes enfrentarte a todo lo que ves a pecho descubierto aunque en cada misión hay algo que te traspasa el corazón. Te impresionan más las historias de los vivos porque los muertos que recoges han dejado de sufrir. Acabas perdiendo la fe en las instituciones oficiales y llegas a la conclusión que estás marcado por el destino del lugar en el que naces”.

Anabel Montes

Patrona de una de las lanchas rápidas. Su quinta misión en el Golfo Azzurro. Socorrista y patrona, nacida en 1987 en Oviedo. Voluntaria del equipo de rescate en la Cruz Roja en Gijón durante tres años.

“Toda mi vida la he dedicado a ayudar a personas en peligro. A mí me gustaría que me ayudaran si alguna vez estoy en una situación límite. Muchas veces te preguntas cómo es posible que nadie sea capaz de detener este desastre humanitario. Había visto a personas ahogadas en las playas asturianas, pero no es lo mismo. Aquellas personas fueron víctimas de un accidente mientras pasaban un día de diversión en la playa. Escuchando las historias de los inmigrantes entiendes por qué quieren escapar de sus países”.

Marta Sarralde

Logista. Ha participado en cuatro misiones. Enfermera especializada en cuidados intensivos en España, Inglaterra y Malta, nacida en 1989 en Madrid. Se declara soñadora pero no utópica.

“Hace quince meses viajé a Lesbos (Grecia) y la realidad que me encontré allí cambió mis prioridades. Empecé a trabajar como voluntaria para organizaciones locales y llegué a la conclusión de que se pueden hacer muchas cosas partiendo de la nada. A veces he escuchado en España: 'rescatáis a personas que luego la pueden liar aquí'. No pensarían de esa manera si participasen en los rescates. Existen traficantes de seres humanos porque no se crean vías seguras. Hay leyes y convenciones que protegen los derechos humanos, pero se han convertido en papel mojado”.

Marta Talayero

Médico. Primera misión. Trabaja en la UVI de la Fundación Jiménez Díaz. Nacida en Madrid en 1985. Ha trabajado como voluntaria desde que era muy joven en asociaciones de discapacitados psíquicos, residencias de ancianos y en el Samur durante siete años.

“Trabajar en una UVI no te capacita cien por cien para una misión como esta. Pero ya me he enfrentado a la muerte de pacientes, he tenido que consolar a familiares de enfermos muy graves, he sentido frustración por no poder salvar a otras personas. Además, soy muy emotiva y me parece lógico emocionarme cuando explico a los familiares lo que ha ocurrido con su ser querido. No sé si estaré a la altura cuando me enfrente a situaciones que nunca he vivido. En el hospital mis pacientes son adultos. Aquí me voy a encontrar con mujeres embarazadas y niños”.

Faustino Marta

Socorrista. Segunda misión. Vigilante de seguridad, nacido en 1974 en Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Vive en Marbella y trabaja como voluntario en Protección Civil. Es, además, patrón de barco.

“La vida es un derecho que todo ser humano debería tener garantizado. Me ha impresionado las condiciones en que llegan los inmigrantes: han sufrido vejaciones, golpizas, maltratos generalizados. Hay que estar muy desesperado para montarte en una barcaza de goma sin saber si vas a sobrevivir. Tienes que ser de otra pasta para ser capaz de acumular experiencias tan duras. Se trata de convivir en un barco durante quince días y tu cabeza se convierte en una bomba de sensaciones y emociones muy fuertes. Cambias tu percepción de lo prioritario. Acabas volviéndote más humano”.

Xavier Caralt

Polivalente (hacer diferentes tareas durante los quince días de la misión). Primera misión. Enfermero, nacido en 1974 en Barcelona. Coordinador de enfermeros de Urgencias y emergencias del hospital transfronterizo de Puigcerdà (Cerdanya). Casado con dos hijos de tres años y medio y 19 meses. Sus hijos le escondieron el cepillo de dientes y la crema solar. Se dio cuenta cuando abrió la mochila en el barco.

“Me he enfrentado a situaciones límites en mi trabajo. Tengo una víctima delante de mí y he de trabajar para que sobreviva. Aquí tendré que trabajar a granel. Lo más importante es la gestión de los recursos. La barca es como una lámina en el agua y tu obligación es salvar a todos. Entre ver lo que pasa por televisión y estar aquí, elijo esta segunda posibilidad. Es incómodo vivir cómodamente y al mismo tiempo ser consciente de lo que está pasando. Lo hago también para salvaguardar mi propia conciencia”.

Jordi Villacampa

Polivalente. Ex jugador de baloncesto y fue presidente del Juventud durante 18 años. Jugó 158 veces con la selección española y ganó la medalla de bronce en el europeo de Roma de 1991. Nacido en Reus en 1963, casado desde 1986, tiene dos hijos de 28 y 24 años.

“Siempre he sido un privilegiado. Los jugadores de baloncesto somos estrellas y vivimos en una burbuja. El día que jugábamos contra el Madrid todos nuestros jugadores salieron a la pista con una pancarta de Proactiva Open Arms. Durante la temporada anterior la publicidad central de nuestro campo estaba dedicada a la ONG, que es de Badalona. Me siento muy preocupado por lo que voy a encontrarme porque soy muy consciente de mis limitaciones. Mi familia lo ha entendido muy bien y mi hija me envidia. Vengo a ayudar, quiero ser válido y formo parte de una cadena (lo dice mientras pela peras para hacer una compota). Vale la pena rescatar y salvar a 300 personas”.

Igone Mariezkurrena

Cocinera. Segunda misión. Nacida en 1985 en Pasajes de San Juan (Guipúzcoa). Licenciada en periodismo y antropología social, trabaja como periodista para Gaztezulo, una publicación mensual en euskera con distribución en todo el País Vasco. Ha viajado como periodista con dos expediciones al Himalaya.

“Estamos ante uno de los mayores dramas de refugiados. Quiero conocer a las personas que lo están sufriendo. No tener la sensación de que está pasando ante mí sin que haga nada por remediarlo. El ciudadano medio vive en su zona de confort y no quiere distorsiones y los gobiernos prefieren invertir en seguridad que en asistencia a las víctimas. Muchas mujeres han sido violadas o han podido viajar a cambio de sexo. Los refugiados te ven como salvadores cuando, en realidad, los sacamos de una patera para llevarlos a un campo de internamiento desde donde muchos serán repatriados a sus lugares de origen”

María Villar

Enfermera. Segunda misión. Nacida en Bilbao en 1986, trabaja como enfermera en Urgencias de adultos en el Hospital de Cruces de su ciudad natal. También participó en una misión de rescate con una ONG holandesa.

“El sistema de salud vasco permite permisos para este tipo de misiones y, además, se hace cargo de la mitad de tu salario. Soy enfermera vocacional y me gusta ejercer mi trabajo en todos los ámbitos. Es muy gratificante trabajar en los rescates. Tiene un punto de egoísmo porque sabes que la experiencia te va a cambiar y vas a volver casa muy satisfecha. Mis compañeros de trabajo quieren imitarme. En el anterior viaje un chico de mi edad me contó su historia. Me di cuenta que nunca tendría una vida cómoda como la mía porque tu lugar de nacimiento te condiciona”.

Javier Cabra

Socorrista. Primera misión. Nacido en 1988 en Barcelona. Trabaja como socorrista en la playa de Sant Adrià del Besós. Nunca ha visto a alguien muerto, pero hizo una reanimación cardiopulmonar y salvó la vida a una víctima de ahogamiento en Castelldefels.

“Lo de aquí es socorrismo puro. Salvar a refugiados desesperados que huyen de guerras o situaciones dramáticas. No creo que me vaya a bloquear y espero estar a la altura de las circunstancias. He visto todos los vídeos de las misiones anteriores y tengo experiencias en rescates múltiples. Vivo con mis padres y no les hace mucha gracia este tipo de misiones. En cambio, mis amigos me ven como un héroe, lo que me anima a continuar. Estoy seguro de que va a ser una experiencia enriquecedora".

Sergio Covelo

Socorrista. Segunda misión. Con 22 años recién cumplidos es el más joven de todo el equipo. Nacido en 1995 en Oviedo es marino profesional y socorrista. A pesar de su juventud es el coordinador de socorristas en un complejo playero de carácter municipal en Asturias.

“No concibo que los inmigrantes pierdan la vida en el mar por desatención y pasividad de los gobiernos. En la anterior misión nos topamos con veinte lanchas cada una con 120 personas al mismo tiempo. Estuve varios segundos bloqueado, pero pronto empezamos a rescatar y no paramos durante 17 horas seguidas. Rescatamos a 700 personas y tuvimos que dirigirnos a puerto con 514 a bordo y muy mala mar. Llevábamos 90 mujeres y 40 niños, entre ellos 15 entre 0 y 4 años. Estaban hambrientos, sedientos y hacía mucho frío. Hubo algunas riñas por falta de espacio, pero conseguimos calmar a todo el mundo. Es injusto pero no podemos dar una atención personalizada”.

Austin Wainwright

Patrón de una de las lanchas rápidas. Primera misión. Contramaestre, nacido en 1981 en Tenerife. Trabajo como jefe de uno de los equipos de salvamento de inmigrantes que llegaban a las Islas Canarias entre el 2006 y 2008. Ha estado trabajando en los últimos cuatro años en barcos de lujo.

“Lo siento como un deber y puedo donar mi experiencia. Cada intervención que he hecho en el pasado provocó en mí sensaciones diferentes. Como máximo pasaba una o dos horas asistiendo a las víctimas. Pero me marcó para siempre. Meter cadáveres en bolsas de plástico. Explicarle a un señor de Ghana que sus cinco hermanos han fallecido en la travesía. Conocí a inmigrantes con los que aún mantengo el contacto en España. En esta misión tendremos que convivir uno o dos días con las personas que rescatemos. Hay que actuar con frialdad. Nuestro cometido es salvaguardar vidas. No podemos centrarnos en lo que ocurrirá después con sus vidas. Si profundizas demasiado te puedes volver ineficaz".

Jesús Gálvez

Polivalente. Tercera misión. Nacido en 1971 en Tarragona, está casado y es padre de dos hijas de 9 y 14 años. Es médico de Urgencias del Hospital Juan XXIII de Tarragona desde hace doce años. Se ha pedido un mes y medio de licencia sin sueldo para participar en dos misiones.

“No me planteo nada más que ayudar de la mejor manera posible. Descargando material, atendiendo a los refugiados o simplemente escuchando. Vuelvo relajado de estas misiones y quitas hierro a los problemas a los que te enfrentas en tu vida profesional. El poema 'Home' de la poeta somalí Warshan Shire es muy clarividente: 'Tienes que entender que nadie sube a sus hijos a una patera, a menos que el agua sea más segura que la tierra'. No era consciente de la situación y no me considero una persona desinformada. En las charlas nos damos cuenta de que el ciudadano medio desconoce las razones que provocan la huida. Ven el naufragio y ven los muertos, pero no ven el drama de una barcaza a la deriva que quizá no llegue a ningún sitio”.

Rubén Lago

Polivalente. Cuarta misión. Trabajador social, nacido en 1983 en Cee (A Coruña). Trabaja como terapeuta en el Proyecto Hombre, pero se ha pedido una excedencia de seis meses para trabajar en Proactiva.

“La misión 14 fue la más dura. Hicimos tres operaciones en quince días. En la primera tuvimos que regresar a tierra con cinco cadáveres. Pensé que al menos iban a ser enterrados con dignidad y contabilizados como muertos en Europa. Mis abuelos inmigraron de Galicia a Argentina y a Chile y después regresaron a su tierra natal. Ayudar a los refugiados es como ayudar a mis abuelos. Algunos en Europa se han creído los razonamientos del miedo en tiempos de crisis económica. Hay que ser consciente de que nuestros rescates son un simple parche ante el drama descomunal. Hay que estar siempre controlando el ego. No creerte que eres un héroe del Mediterráneo”.

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