Macron cumple una semana en el Elíseo con la reforma laboral y la Unión Europea como focos

Macron pretende otorgar a las empresas más poder para negociar con los empleados las condiciones de trabajo.

Emmanuel Macron en su ceremonia de toma de posesión
Emmanuel Macron en su ceremonia de toma de posesión
Reuters

El socioliberal Emmanuel Macron cumplió este domingo su primera semana como inquilino del palacio del Elíseo, sede de la presidencia de Francia, con la reforma laboral y la refundación de la Unión Europa en sus horizontes más inmediatos.

Macron, que a sus 39 años es el jefe de Estado más joven de la historia de Francia, ya trabaja en ambos proyectos, aunque con un ojo en las legislativas del 11 y 18 de junio. Si no quiere lidiar con una cohabitación no siempre pacífica, su partido, La República en Marcha, necesitará una mayoría en el Parlamento. Aunque, a la vista de los últimos sondeos, Macron puede respirar, pues La República en Marcha parte en buena posición para controlar la Asamblea.

Mientras espera el resultado de los comicios, el joven presidente francés ya instó a su heterogéneo Gobierno de conservadores, socialistas y centristas a dar los primeros pasos de las primeras grandes reformas, con la laboral a la cabeza.

"Nuestro país tiene que avanzar. Hay cosas muy buenas, pero también desafíos enormes. Los franceses no nos perdonarán que no hagamos nada. Debemos avanzar con determinación, aprovechando este momento de esperanza", juzgó el primer ministro, Edouard Philippe, en una entrevista publicada este domingo por "Le Journal de Dimanche".

En una primera fase, la reforma laboral precocinada por Macron pretende otorgar a las empresas más poder para negociar con los empleados las condiciones de trabajo, siempre que se cumplan las reglas del salario mínimo, la duración semanal (35 horas) y la igualdad profesional.

En el último cambio a la ley laboral, realizado por el anterior Ejecutivo socialista en 2016, Francia vivió multitudinarias protestas, encabezadas por los sindicatos.

Una reforma como la de Macron, aún más profunda que la de los socialistas, podría llevar a los sindicatos y a los movimientos de izquierda a volver a manifestarse.

"No nos comprometeremos en una reforma tan profunda sin una fase de debate con los sindicatos y el Parlamento (...). Pero una vez discutidos los asuntos, hay que ir rápido, porque no podemos esperar dos años" para culminar la reforma, dijo Philippe, salido de las filas de los conservadores Los Republicanos.

El secretario general del sindicato CGT, Philippe Martínez, quien lideró las protestas contra la ley laboral de los socialistas, avisó que no tolerará la modificación de la norma del trabajo por decretos-ley del Ejecutivo, como Macron pretende.

"Los decretos-ley son totalmente inaceptables (...). Decir que los despidos de este domingo son los empleos del mañana, ya hemos visto adónde nos lleva, ¡a la precariedad!", alertó Martínez, también en declaraciones a "Le Journal de Dimanche".

Otro de los ejes del jefe de Estado galo, la refundación de la UE, también ha echado a andar esta semana. Un día después de recibir el testigo presidencial del socialista François Hollande, Macron realizó su primera visita al extranjero, a Berlín, donde se entrevistó con la canciller, Ángela Merkel, con la meta de reforzar la UE a través del eje franco-alemán. Este lunes habrá una nueva muestra de la renovada relación entre París y Berlín.

El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, se reunirá en la capitán alemana con su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, para discutir "el futuro de la construcción europea y los medios para desarrollar un impulso real a la integración de la zona euro".

También esta primera semana, el presidente francés dio indicaciones de que su segundo pilar internacional será la lucha contra el terrorismo yihadista, como demostró este viernes en su viaje a Mali, donde fue a visitar a los soldados franceses que combaten a los islamistas en el desierto del Sahel.

Mientras, uno de los últimos sondeos, elaborado por la casa Ifop y publicado este domingo en "Le Journal de Dimanche", muestra una actitud positiva de la nación hacia el nuevo presidente, pues un 62 % de los franceses se declaran satisfechos con él y el 55 % lo están con el primer ministro Philippe. 

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