Largas colas para votar en el reñido referendo presidencial de Turquía

El triunfo de la reforma abriría el camino para que Erdogan gobierne hasta 2029.

Un turco vota en Estambul.
Largas colas para votar en el reñido referendo presidencial de Turquía
Tolga Bozoglu/Efe

El disputado referéndum en Turquía que podría ampliar los poderes de su presidente, Recep Tayyip Erdogan, en el cambio de mayor calado desde la fundación de la moderna república, transcurre sin mayores incidentes y con largas colas para votar en numerosos colegios electorales.

Las encuestas dan tanto al "sí" como al "no" a la reforma presidencialista posibilidades de victoria y se vaticina un resultado ajustado.

Las propias compañías de estudios demoscópicos han mostrado dudas sobre la fiabilidad de sus encuestas dado el gran número de indecisos y el aumento de los ciudadanos que se negaban a responder.

En juego está el cambio de modelo político: desde una república parlamentaria a una presidencial con vastos poderes para el jefe del Estado, que asumiría todo el poder ejecutivo.

"En toda Turquía la gente está votando en paz como hermanos y hermanas, están tomando su decisión", dijo hoy el primer ministro turco, Binali Yildirim, tras depositar su papeleta en su colegio electoral de la ciudad de Esmirna.

"No importa cuál sea el resultado, la decisión que tome nuestra nación es la mejor", agregó.

El triunfo de la reforma, que se aplicaría a partir de 2019, abriría el camino para que Erdogan pueda gobernar hasta el año 2029, o, incluso, hasta el 2034.

Erdogan ha sido el gran impulsor de la reforma, que considera necesaria para lograr una mayor estabilidad y garantizar así mejor el crecimiento económico y la seguridad.

En un campaña polarizada, el presidente ha comparado a los partidarios del "no" con quienes apoyan al terrorismo y a los golpistas, y de trabajar junto a las potencias extranjeras que tratan de debilitar el país.

Tanto el gubernamental Partido Justicia y Desarrollo (AKP, islamista) como el derechista Movimiento de Acción Nacionalista (MHP) apoyan la reforma, mientras que la oposición socialdemócrata y la prokurda la rechazan.

La oposición teme que Turquía se convierta en una autocracia debido a los enormes poderes que se atribuiría el presidente, lo que debilitaría los controles y la separación de poderes.

La campaña del "sí" ha sido mucho más visible y ha contado con el respaldo de los mayores medios turcos, tanto públicos como privados.

La oposición y la misión de observación electoral de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) han criticado que el referendo se celebre bajo el estado de emergencia instaurado tras el fallido golpe del pasado julio, que recorta varios derechos fundamentales.

La purga tras el golpe ha llevado a 47.000 personas a prisión preventivas, la gran mayoría bajo la acusación de pertenecer a la red del clérigo exiliado Fethullah Gülen, a quien se acusa de instigar la asonada, y unos 134.000 empleados públicos han sido despedidos.

También están entre rejas 13 diputados del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), tercera formación del Parlamento y representante de la izquierda prokurda, y 150 periodistas.

El resultado del referéndum influirá en las tensas relaciones de Turquía con la Unión Europea (UE) y Erdogan ha prometido en los mítines que de ganar el "sí" marcará un "punto de inflexión" en los vínculos con el bloque comunitario.

En todo el país hay desplegados 380.000 policías y gendarmes para garantizar la seguridad en la jornada electoral.

El sábado por la noche, antes de la apertura de los colegios, un guardia rural -un cuerpo paramilitar kurdo leal al Gobierno- murió en un ataque al vehículo de un cargo local del AKP en el sureste de Turquía, según recoge CNNTürk.

No existen sondeos a pie de urna, y los medios tienen prohibido publicar resultados hasta las 18.00 GMT, aunque la Alta Comisión Electoral puede levantar el veto antes.

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