Varsovia rechaza una UE de dos velocidades y exige más poder para los estados

Representantes de todos los países están revisando el documento.

Varsovia rechaza una Europa de múltiples velocidades y quiere devolver competencias a los parlamentos nacionales, ha reiterado este jueves en una inusual comparecencia ante la nación televisada la primera ministra polaca, Beata Szydlo.

Su discurso, de apenas seis minutos, se produjo a dos días de la reunión de líderes europeos del sábado en Roma, en que está previsto que los 27 países que quedarán tras el 'brexit' firmen una declaración conjunta perfilando cómo será la Unión Europea (UE) del futuro para conmemorar el 60 aniversario del tratado de Roma.

Además, la política del ultraconservador Ley y Justicia (PiS) recalcó que su gobierno exige que cualquier integración en materia de defensa dentro del bloque debe coordinarse con la OTAN y que la agenda social de la UE no debe suponer una traba a la aplicación de los principios del mercado común.

Estos son los cuatro puntos básicos que Varsovia quiere ver incluidos en la declaración conjunta de Roma, aseguró Szydlo, que advirtió que su país podría incluso negarse a firmar el texto conjunto si no se contemplan en la redacción final.

En la actualidad, representantes de todos los países están negociando el documento de Roma y, según algunos medios, la mención a una UE de varias velocidades se ha rebajado para contentar a Varsovia y a otras capitales que, si bien se muestran escépticas a una mayor integración, no quieren verse relegadas dentro del bloque.

El Gobierno polaco ya ha mostrado en diferentes ocasiones su oposición a una futura UE de múltiples velocidades, tal y como propusieron el pasado 6 de marzo Francia, Alemania, España e Italia tras un encuentro en Versalles.

Las declaraciones de Szydlo llegan dos semanas después de que se evidenciase el aislamiento de Varsovia en la cumbre europea de principios de marzo

Entonces, la primera ministra polaca se negó a firmar la declaración conjunta final porque rechazaba que el ex primer ministro polaco Donald Tusk, de la opositora Plataforma Ciudadana, fuese reelegido presidente del Consejo Europeo, algo que sí apoyaban los otros 27 países.

El PiS, euroescéptico y nacionalista, ganó las elecciones por mayoría absoluta en octubre de 2015 y desde entonces se han multiplicado sus desencuentros con otros países miembros y con Bruselas por distintas cuestiones como por ejemplo, la crisis de los refugiados.

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