Trasladan al rehén español a una zona afgana controlada por los insurgentes

El cooperante español secuestrado ha sido trasladado a un distrito altamente inseguro, lo que impide lanzar una operación militar.

El cooperante español del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) secuestrado el lunes en Afganistán ha sido trasladado a un distrito altamente inseguro controlado por los insurgentes, lo que impide lanzar una operación militar en la zona, ha informado una fuente de seguridad.


"Es uno de los distritos más inseguros de la provincia (de Kunduz), con la mayor parte de su territorio bajo control de los talibanes" y en el que operan también otros grupos armados, ha indicado la fuente, que ha pedido mantener el anonimato.


El trabajador del CICR fue secuestrado en el distrito de Ali-Abad de Kunduz y permanece ahora retenido en otra demarcación administrativa de la región, en la que el gobierno y las tropas afganas no tienen ningún tipo de presencia. Según la fuente, las fuerzas gubernamentales del distrito están estacionadas fuera del mismo y no tienen acceso al centro urbano que le sirve de capital.


La presencia de insurgentes en las inmediaciones del lugar en el que permanece retenido el español impide lanzar operaciones militares para liberarle, por lo que las labores se centran por el momento en recabar información de inteligencia. Aunque los talibanes negaron estar detrás del secuestro, las autoridades todavía no están "seguras" de la identidad de los captores, ha apuntado la fuente. Otro mando de seguridad que ha preferido mantener el anonimato ha afirmado que, de hecho, el rehén está siendo trasladado de lugar constantemente. "Por miedo a las operaciones de las fuerzas de seguridad, los captores cambian la residencia del rehén y lo llevan de un área a otra casi cada pocas horas", ha detallado, al confirmar que se espera que las circunstancias sean favorables para lanzar una ofensiva.


El CICR ha confirmado que varios cooperantes de la organización fueron interceptados cuando viajaban en dos coches por la autopista que une las ciudades norteñas de Kunduz y Mazar-e-Sharif, pero que solo uno de ellos fue capturado.


El pasado febrero, cinco empleados afganos del Comité fueron secuestrados en la provincia de Ghazni, en el sureste del país, y liberados poco tiempo después. Los secuestros son comunes en Afganistán y los empleados de organizaciones humanitarias son a menudo objetivo de este tipo de acciones, en muchos ocasiones destinadas a obtener un rescate.

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