Fillon y Le Pen

Francia tiene uno de esos sistemas electorales de segunda vuelta que tanto se invocan en España cuando se producen situaciones de bloqueo o las mayorías salidas de las urnas se ven desplazadas por extrañas alianzas. Siendo una teórica perfección de la representatividad democrática, llama la atención la unanimidad con la que los analistas colocan ya al conservador de Los Republicanos, François Fillon, en el Elíseo. Es cierto que las encuestas dejan al actual mandatario, François Hollande, al borde de un abismo que trascendería el fracaso personal para convertirse en una gran crisis del socialismo francés. Si fuera así, efectivamente la vecina Francia afrontaría la decisiva segunda ronda con un cuerpo a cuerpo entre Fillon y Marine Le Pen en la extrema derecha. Es lógico pensar que todas las fuerzas democráticas pedirían el voto para Fillon (Hollande ya retiró candidaturas regionales en favor de Sarkozy). Pero, por mera prudencia, habría que huir de determinismos. No vaya a ser que el año Trump que será 2017 depare en Europa otro sorpresón electoral y otro triunfo populista, de la mano de esta Francia desencantada con sus gobernantes, amenazada por el terrorismo y socialmente convulsa.