China mira a España para dejar atrás sus oscuras prácticas en los trasplantes

El gigante asiático anunció en 2015 que abandonaba la controvertida práctica de utilizar órganos de presos ejecutados para trasplantes,

China, que anunció en 2015 que abandonaba la controvertida práctica de utilizar órganos de presos ejecutados para trasplantes, ha adoptado un sistema de donaciones voluntarias en el que ha sido decisiva la ayuda de España, cuyo exitoso modelo ha sido exportado al gigante asiático.


Así lo aseguraron algunos de los principales responsables de China y España en materia de trasplantes, que esta semana participaron en una conferencia internacional sobre el tema en Pekín y también en una charla en el Instituto Cervantes de la ciudad sobre donaciones en ambos países.


"Hace un par de años anunciamos que se prohibiría el uso de órganos de ejecutados y que cambiaríamos ese modelo para empezar a utilizar donaciones voluntarias. Empezamos una vía más abierta, y nuestro modelo ha seguido muy de cerca el español", destacó el doctor Huang Jiefu, director de la Fundación de Trasplantes de Órganos de China.


"Elegimos el modelo español porque es líder mundial. Está basado en las UCIs (Unidades de Cuidados Intensivos), por lo tanto es el sistema más apropiado para la realidad china", señaló Huang, exviceministro de Salud, máxima autoridad china en materia de trasplantes y padre de la esperanzadora reforma.


Los contactos entre China y España en este sentido comenzaron en 2012, tres años antes de que se anunciara la abolición del uso de órganos de ejecutados, con la participación de la Fundación TPM-DTI que preside el doctor Martí Manyalich, de visita estos días en Pekín.


"No venimos a hablar a China ni a otros países, sino que venimos a explicar lo que hacemos, y ellos escogerán si les gusta o no", señaló Manyalich en el Instituto Cervantes, donde explicó que, merced a un acuerdo entre los dos países, se forman a 200 profesionales chinos al año en trasplantes, algunos de ellos en territorio español.


Los resultados han dado fruto en poco tiempo: el pasado año, según cifras oficiales, donaron órganos más de 2.700 personas, se realizaron más de 10.000 trasplantes, y este año el doctor Huang calcula que se logrará un aumento del 80 por ciento en el número de donaciones, hasta unas 4.000.


Manyalich se aventuró a predecir que el nuevo sistema hará que en China "vaya a haber unos 135.000 trasplantes al año y unos 50.000 donantes", lo que supondría unos 27 donantes por millón (España, líder mundial en este índice, tiene 39).


Lo que China ha "copiado" del sistema de trasplantes español es principalmente el modelo administrativo, en el que las donaciones se buscan en los hospitales, por equipos en las UCIs que no sólo saben cómo tratar al paciente, sino también a sus familiares, para convencerles de que autoricen la donación, algo que en España se logra en el 85 por ciento de los casos.


En China las negativas son mayores, pero según Huang no se debe, como se suele pensar, a creencias tradicionales o religiosas del país, sino a la todavía desconfianza de muchos ciudadanos en el sistema.


Algo que no debe extrañar en un país donde durante años no sólo se sufrió la lacra del uso de órganos de prisioneros, sino también la comercialización de órganos y el "turismo de trasplantes".


"Si Confucio viviera ahora sería el primero en apuntarse a donar. El problema no son las tradiciones confucianas, sino un sistema atrasado", subrayó el médico, quien predijo que a medida que el sistema chino cambie, se ganará mayor confianza.


El cambio de actitud en China no acaba de convencer a todos, y hay todavía críticos que aseguran que se siguen usando órganos de ejecutados en hospitales militares del país, como señaló un informe realizado por activistas de derechos humanos que se publicó este año.


Huang calificó este tipo de informaciones de "meras especulaciones" pero aseguró que no le importa que existan: "Dejemos que haya algo de ruido mientras hacemos nuestro trabajo, concentremos nuestras mentes para evitar la frustración", afirmó.


El modelo español, encarnado por la Organización Nacional de Trasplantes (Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 2010), cumple en 2016 un cuarto de siglo, consagrado desde casi sus inicios a exportar sus buenas prácticas en todo el mundo.


En otro país, Irán, se logró con la formación de profesionales por parte de la fundación TPM-DTI que el porcentaje de familias que rechazaba donar los órganos de un pariente fallecido cambiara totalmente de signo: si antes un 90 por cien no quería, ahora ése es aproximadamente el porcentaje de personas dispuestas a donar.

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