Se cumplen cinco años de un día para la Historia

El 20 de octubre de 2011 ETA anunció el cese definitivo de la violencia terrorista y murió el dictador libio Muamar el Gadafi.

Portada del suplemento especial de Heraldo por el fin de ETA
Portada del suplemento especial de Heraldo por el fin de ETA

El 20 de octubre de 2011 fue un día que todas las redacciones de periódicos e informativos recordarán como frenético.


Hace exactamente cinco años, la banda terrorista ETA anunció el cese definitivo de la violencia tras 43 años de terror y un fatídico balance de 829 víctimas mortales. El acoso policial, político y judicial la habían debilitado y acciones como la del atentado de la T4 del aeropuerto de Barajas no habían logrado más que forzar la división interna. 


A las 19.00 de aquel día, la banda difundió un comunicado a través de las ediciones digitales de los diarios Gara y Berria. En un vídeo, tres encapuchados anunciaban el fin de la actividad armada y solicitaban un diálogo directo con el Gobierno para negociar cuestiones como la situación de sus presos y de los etarras que vivían en la clandestinidad. La banda no hablaba, sin embargo, de disolución definitiva ni de entrega de las armas.


Hace un llamamiento a los Gobiernos de España y Francia para abrir un proceso de diálogo directo, pero no habla de su disolución ni de compensación a las víctimas.


A día de hoy y pese a los intentos de mediación de una Comisión Internacional de Verificación del alto el fuego, cuya legitimidad ha sido puesta en duda en incontables ocasiones, la banda sigue sin haber hecho un gesto creíble y definitivo de entrega de las armas. 

Muerte de Gadafi

Ese mismo día el mundo se paralizó al conocer la noticia de la muerte del dictador libio Muamar el Gadafi. 


En la noche del 19 al 20 de octubre de 2011 la OTAN hirió a Gadafi en un ataque aéreo sobre la ciudad de Sirte cuando este intentaba escapar en un convoy integrado por 75 vehículos. Las milicias de Misrata lo capturaron y asesinaron mediante dos disparos a quemarropa: uno en el estómago y otro en la sien. 


Los libios comenzaron a celebrar en todo el país la liberación de Libia y, sobre todo, la muerte del dictador.


Cinco años después, no se puede decir que el escenario en Libia haya mejorado. Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil desde que la comunidad internacional apoyara el alzamiento rebelde en Bengasi y contribuyera a la caída del régimen de Gadafi. En la actualidad tiene tres gobiernos que no se reconocen entre sí y los grupos yihadistas han sacado provecho del conflicto. En apenas un año el Estado Islámico ha avanzado desde su bastión en Derna, al oeste, hacia las ciudades de Bengasi y Sirte, en la costa centro. 


Hace apenas tres días la Guardia Presidencial libia anunció que retiraba su apoyo al Gobierno de Unidad Nacional promovido por la ONU tras la muerte de Gadafi al considerar que éste solo había "agravado la crisis política, económica y de seguridad" que atraviesa el país. La milicia señaló que a partir de ahora devuelve su lealtad al Congreso Nacional General, el antiguo Gobierno de Trípoli considerado rebelde por la comunidad internacional.

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